Javier Milei elecciones porteñas
La jornada electoral terminó en una celebración en el Hotel Libertador, donde Javier Milei se mostró exultante. El Presidente festejó la victoria de su candidato Manuel Adorni como una doble conquista: contra el kirchnerismo y contra el Pro. A su lado, gran parte del gabinete compartía escenario y arengaba a los presentes.
"Se pintó de violeta el bastión amarillo", gritó Milei ante un auditorio eufórico. La frase fue interpretada como un mensaje interno hacia el macrismo, desplazado por el ascenso libertario. “Ahora, a pintar de violeta todo el país”, agregó el Presidente con tono triunfal.
Adorni también tuvo palabras directas, aunque menos combativas. “Esta era una elección entre dos modelos. La gente eligió la libertad”, sostuvo. Luego, en un intento de ampliación, repitió: “Tábula rasa. Todo aquel que acompañe nuestra agenda, bienvenido sea”.
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Los primeros datos oficiales llegaron a las 19.15 y encendieron la celebración. Adorni se imponía por tres puntos a Leandro Santoro y dejaba lejos a Silvia Lospennato. Las imágenes de abrazos, saltos y cánticos coparon las pantallas y las redes del oficialismo.
Varios armadores de La Libertad Avanza se mostraban distendidos, incluso con viejos rivales dentro del mismo espacio. El ambiente relajado contrastaba con la intensidad de la campaña. La unidad interna pareció reforzarse al calor de la victoria.
Desde temprano, las mesas testigo marcaban una tendencia irreversible. “Ganamos en 14 de las 15 comunas”, deslizó un fiscal libertario. La confianza crecía antes de los resultados oficiales y se transformó en júbilo pasadas las 19.
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Entre selfies y chicanas, algunos dirigentes recordaron a Ramiro Marra, hoy distanciado de Milei. “Que se joda, por traidor”, lanzó uno de los presentes. El ex candidato porteño apenas superaba el 2% de los votos.
Lisandro Almirón, diputado de Corrientes, ya proyectaba la campaña en su provincia. “Ahora vamos por Corrientes, vamos por todo”, dijo. La idea de expansión territorial cobró fuerza entre los referentes nacionales.
La elección sirvió como termómetro político y como ensayo de coaliciones futuras. En los pasillos del bunker se cruzaban bullrichistas, libertarios históricos y hasta ex peronistas. La consigna tácita era sumar para sostener la ola violeta.
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El Hotel Libertador fue elegido como sede del búnker por representar un símbolo para el oficialismo. Allí se instaló Milei durante la transición presidencial. La elección del lugar buscó replicar ese clima de euforia y centralidad política.
Aunque se negó oficialmente, circuló la versión de un atril preparado especialmente para Milei. “Es uno común”, decían los organizadores. El montaje incluyó pantallas led y una puesta sobria, con epicentro en el discurso del Presidente.
La logística estuvo a cargo de la Casa Militar y de la prensa libertaria. La cobertura se organizó con mayor apertura que en comicios anteriores, aunque no sin demoras. La presencia del gabinete y del círculo íntimo de Milei marcó la importancia del evento.
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En paralelo, circularon contenidos falsos que generaron tensión entre los espacios políticos. Videos apócrifos con Macri y Lospennato renunciando fueron ampliamente replicados. “A Adorni ya se lo hicieron otras veces”, minimizaron cerca del Presidente.
La interna entre el Pro y La Libertad Avanza quedó expuesta. Silvia Lospennato habría intentado comunicarse con Adorni, pero no logró hablar. Desde el entorno libertario señalaron que nadie del macrismo los felicitó formalmente.
La estrategia diseñada por Santiago Caputo y Karina Milei resultó eficaz, según confiaron sus allegados. Sin encuestas, con fiscales propios y con fuerte presencia digital, la campaña apostó al contraste de modelos. “La gente votó por un cambio verdadero”, resumió un funcionario.
Fuente: La Nación.
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