Filipinas busca en un lago volcánico los cuerpos de 34 apostadores desaparecidos

Las autoridades filipinas intensifican la búsqueda de los cuerpos de 34 hombres vinculados a apuestas ilegales en peleas de gallos. La operación se concentra en el lago Taal, un cráter volcánico donde, según un testimonio reciente, fueron arrojados tras ser asesinados. El caso comenzó a investigarse a partir de denuncias por arreglos en transmisiones en vivo durante la pandemia.

Los desaparecidos frecuentaban el estadio Manila Arena entre 2021 y 2022, donde se realizaban las populares peleas e-sabong. En ese mismo lugar trabajaban seis guardias de seguridad que hoy son los principales sospechosos. El negocio de las peleas online creció mientras otras actividades sufrían restricciones.

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Uno de los acusados rompió el silencio y detalló cómo se habrían deshecho de los cuerpos. En una entrevista televisiva, bajo el alias “Totoy”, declaró: “Todos estaban enterrados en el lago Taal. Si los desenterramos, solo quedan huesos”. Aseguró que las víctimas fueron estranguladas con un cable y descartadas sistemáticamente.

Totoy sostuvo que los hombres eran secuestrados, atados y acusados de hacer trampa en las apuestas. Luego, según su testimonio, “otro grupo” tomaba el control y ejecutaba el castigo. Afirmó además que la cifra total de cuerpos podría superar los cien, incluyendo también presuntos narcotraficantes.

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El Gobierno filipino decidió actuar tras la difusión pública del caso. El secretario de Justicia, Crispin Remulla, anunció que enviarán buzos al lago para iniciar la búsqueda. “No podemos dejarlo pasar. Tenemos que buscar la verdad”, dijo ante la prensa.

Cinco testigos ya fueron entrevistados y se espera la declaración de más personas. El testimonio de Totoy se dio, según él, por amenazas hacia su familia. Prometió colaborar “con las madres y familiares de los desaparecidos” en el intento por llegar a la verdad.

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La Armada de Filipinas expresó su disposición a participar si alguna agencia lo solicita. El capitán John Percie Alcos declaró que “el Comando de Operaciones Especiales Navales tiene buzos técnicos listos para intervenir”, aunque aún no se formalizó su participación.

El impacto social del caso forzó la suspensión de las transmisiones online de estas peleas. Si bien la actividad es legal en Filipinas, la modalidad digital atrajo denuncias por fraude y violencia. El caso abrió un debate sobre los límites éticos y legales de esta práctica.