Una mujer denunció años de violencia luego del asesinato de su expareja frente a un colegio

“No sé a dónde acudir, este horror continúa”, escribió Yamila Castillo tras la muerte de su expareja, asesinado el martes pasado frente a un colegio en Cinco Saltos. La mujer decidió contar su historia completa en redes sociales, compartiendo audios, imágenes y una extensa publicación para dar a conocer el calvario que, según afirma, vivió durante años.

Yamila relató episodios de violencia física, psicológica y sexual, muchos de ellos presuntamente cometidos bajo efectos de drogas. Describió situaciones en las que fue golpeada, obligada a mantener relaciones sexuales bajo amenaza de arma de fuego y hasta despertada con un disparo a centímetros de su cabeza. “Todavía recuerdo el zumbido que me quedó en el oído”, escribió.

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Aseguró haber realizado múltiples denuncias y tener asignado un botón de pánico y custodia por 15 días, pero que nada de eso fue suficiente. Según su testimonio, el hombre violaba las restricciones y continuaba hostigándola. “Me cansé de denunciar. El botón no funcionaba. La custodia se fue y volvió lo peor”, explicó en su descargo.

La situación escaló al punto de involucrar a toda su familia. Yamila sostuvo que sus padres, hermanos y tíos también recibieron amenazas y vivieron momentos de tensión que afectaron su salud emocional y física. “Ya era agobiante”, resumió.

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El martes, Diego Fasce fue asesinado de ocho disparos y por el hecho está detenido Francisco Castillo, tío de la mujer. En su testimonio, Yamila explicó que se trata de una persona pacífica y que actuó “por desesperación”. La fiscalía imputó a Castillo por homicidio agravado, y este viernes se dispuso prisión preventiva por seis meses.

Castillo, según su sobrina, no tenía antecedentes violentos. “Él no se mete con nadie, no busca problemas. Me duele el alma que haya llegado a esa instancia”, dijo, y agregó: “Era su vida o la de él”. La mujer responsabilizó directamente al sistema judicial y policial por no haber evitado el desenlace. Afirmó que “la Justicia no actuó a tiempo” y que “él siguió libre, aun después de violar una perimetral y tener armas”.

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Además, denunció nuevas amenazas por parte de la familia de su expareja. Según expresó, temen por su vida y la de sus padres. “Están cerca de los 80 años, ya no pueden soportar más. Si algún día ya no estoy, solo les pido que sean mi grito, que esto no quede impune”, cerró.