
Un remedio contra las náuseas muestra efectos positivos en mujeres con cáncer de mama
Actualidad15/07/2025

Un medicamento utilizado habitualmente para prevenir náuseas en tratamientos oncológicos mostró efectos positivos en mujeres con cáncer de mama temprano, según un amplio estudio internacional realizado entre Australia y Noruega. El fármaco, conocido como aprepitant, se asoció con una reducción del 11% en el riesgo de recaída y del 17% en el riesgo de muerte por cáncer de mama durante un período de diez años.

El análisis abarcó a más de 13.800 mujeres diagnosticadas entre 2008 y 2020, todas tratadas con quimioterapia y medicación para las náuseas. El estudio fue codirigido por el Instituto Noruego de Salud Pública junto a la Universidad de Monash, en Melbourne, y fue publicado en la Revista del Instituto Nacional del Cáncer.
Los resultados fueron aún más significativos en pacientes con cáncer de mama triple negativo, una de las variantes más agresivas y con menos tratamientos disponibles. En ese grupo, el riesgo de recurrencia cayó un 34% y la probabilidad de fallecer por la enfermedad descendió un 39%.
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“La reutilización de medicamentos con perfiles de seguridad conocidos permite avanzar más rápido en la mejora de los tratamientos disponibles”, explicó Aeson Chang, del Instituto Monash de Ciencias Farmacéuticas. El especialista resaltó que este enfoque representa un camino viable para optimizar terapias existentes, especialmente en casos con pocas opciones disponibles.
El beneficio observado fue exclusivo del aprepitant, ya que otros fármacos de su clase no evidenciaron mejoras comparables en los resultados clínicos. Este dato fortalece la hipótesis de que el medicamento no solo evita náuseas, sino que también podría tener un impacto directo sobre el pronóstico del cáncer.
La profesora Erica Sloan, también del MIPS, anticipó que estos hallazgos podrían derivar en cambios en las guías médicas actuales, que hasta ahora solo recomiendan el uso del aprepitant para personas con riesgo alto de padecer efectos secundarios severos durante la quimioterapia.
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Los autores advierten que, si bien los resultados son prometedores, se necesitan más estudios y ensayos clínicos antes de generalizar su uso como herramienta terapéutica contra el cáncer. Sin embargo, el nivel de evidencia ya despertó interés en la comunidad médica y científica.
Este avance se enmarca en un campo creciente de investigaciones que buscan nuevos usos para fármacos ya aprobados, un camino más ágil y accesible que el diseño de nuevas moléculas desde cero, y que podría acelerar soluciones en distintos frentes de la medicina oncológica.
Fuente: NA.





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