Crece el escándalo por una presunta estafa con pasajes aéreos: cientos de familias afectadas
Turismo26/07/2025
REDACCIÓN
pasajes aéreos
Lo que comenzó como una oportunidad soñada para volar a Europa a bajo costo, terminó transformándose en una pesadilla para cientos de familias, en su mayoría de clase media y alta del Área Metropolitana de Buenos Aires. Una presunta estafa con pasajes aéreos tiene en vilo a la Justicia argentina, que investiga una maniobra que prometía vuelos baratos mediante el supuesto acceso a códigos internos de aerolíneas como Iberia y Lufthansa. El caso se tramita bajo el expediente penal N° 36862/2025 y crece en volumen e implicancias a medida que surgen nuevas denuncias.
La principal señalada es una mujer identificada como Karyna, quien durante meses ofreció pasajes bajo modalidad “sublo” —reservas sujetas a disponibilidad, utilizadas por empleados aeronáuticos—, sin emitir tickets ni códigos de reserva inmediatos. Los pagos se realizaban en efectivo, en domicilios particulares de Recoleta o Zona Norte, y eran retirados por una supuesta mensajera. Durante un tiempo, muchos vuelos se concretaron, lo que generó una red informal de recomendaciones que amplificó la estafa.
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El principio del colapso llegó hace pocas semanas, cuando comenzaron las cancelaciones, las excusas y la falta de respuestas. Karyna atribuyó los problemas a un paro de controladores aéreos y al bloqueo de los códigos promocionales. Propuso entonces reprogramaciones con salida desde Brasil, generando gastos extra que no fueron devueltos. En muchos casos, los pasajeros llegaron a embarcar desde San Pablo, pero otros directamente nunca recibieron sus pasajes.
La historia tomó relevancia pública gracias a la denuncia del usuario de redes @HubertoBourlon, alias “El Guiso”, quien expuso el caso con el testimonio de múltiples damnificados. Las víctimas relataron pérdidas económicas que en algunos casos llegaron hasta los US$2500 por pasaje, e incluso reconocieron haber recomendado el sistema a familiares o amigos, amplificando involuntariamente la red de perjudicados.
Otra figura que aparece mencionada es una mujer llamada Agustina, quien también habría ofrecido boletos en condiciones similares. Algunos pasajeros lograron viajar; otros, con igual nivel de confianza, perdieron todo. Según las primeras conclusiones judiciales, se trataría de un esquema Ponzi encubierto, en el que los pagos de nuevos interesados financiaban los viajes de los anteriores. Cuando la cadena de aportes se quebró, el sistema colapsó.
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El impacto emocional es profundo. Además de las pérdidas económicas, las víctimas sufren frustración, culpa y angustia por haber involucrado a personas cercanas. Muchos planificaban viajes familiares, aniversarios o vacaciones postergadas, y quedaron con la ilusión rota. En paralelo, hay preocupación por las posibles ramificaciones legales para quienes revendieron boletos convencidos de que el sistema era legítimo.
El caso se tramita en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 57, con intervención de la Fiscalía N° 58, bajo estricta reserva. Ya se recabó documentación, se identificaron testimonios clave y se investigan las conexiones financieras de Karyna y su entorno. Algunas fuentes indicaron que habría sido internada tras un presunto intento de suicidio, aunque no hay confirmación oficial sobre su paradero ni su estado de salud.
Por lo pronto, la estafa ha dejado al descubierto la vulnerabilidad ante propuestas informales que, revestidas de cierta lógica o testimonios exitosos, logran expandirse rápidamente, incluso entre personas con acceso a información y medios. La Justicia deberá ahora determinar no solo las responsabilidades, sino también si hay más implicados o estructuras paralelas con mecanismos similares.
Fuente: Mensajero Turístico
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