Ocultaron a su hermana para quedarse con la herencia y deberán pagarle millones

Sabían que existía, pero la borraron del mapa. Tras la muerte de un patrón de pesca en 2012, su entorno familiar se organizó rápidamente para iniciar la sucesión. Sus dos hijos y su última pareja iniciaron el proceso judicial para quedarse con los bienes, pero con una decisión que pesaría años más tarde: dejaron afuera a una hija menor, reconocida legalmente, nacida de otra relación.

La joven logró presentarse en el expediente recién en 2014, casi dos años después de la muerte de su padre. Para ese entonces, ya era tarde: los bienes habían sido transferidos por los hijos a la mujer que convivió con el fallecido. Dos propiedades en San Antonio Oeste —una usada como vivienda y otra destinada a turismo— ya estaban registradas a nombre de la pareja del pescador.

En 2015, la Justicia finalmente la reconoció como heredera legítima. Pero los bienes ya estaban fuera del patrimonio original. La mujer que los recibió argumentó que no se trataba de una herencia, sino de un traspaso legal por cesión particular, y que no conocía la existencia de la hija excluida.

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La jueza rechazó el reclamo formal de herencia, pero no dejó pasar el accionar de la familia. En su fallo, valoró las pruebas presentadas por la joven: una escritura pública que certificó mensajes por Facebook entre ella y su hermana, intercambiados meses antes de la muerte del padre.

“Resulta imposible que su propia hija no le hiciera saber a su madre de la existencia de esta otra hija de quien en vida fuera su pareja”, escribió la magistrada. Según su análisis, quedó probada la mala fe y el intento deliberado de dejarla fuera de la masa hereditaria.

La jueza sostuvo que la maniobra fue clara: simular una cesión entre familiares para blindar el patrimonio y luego alegar que ya no formaba parte de una herencia. “Actuaron con el claro objetivo de excluirla”, remarcó.

El fallo reconoció el daño moral ocasionado y ordenó una indemnización de cinco millones de pesos, más intereses desde junio de 2013. La suma, al actualizarse, se multiplicará significativamente.

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“El ocultamiento generó un desamparo emocional y le frustró la posibilidad de desarrollarse y progresar”, añadió la jueza en su resolución. La víctima pasó años sin acceder a lo que le correspondía por derecho, mientras su familia actuaba como si no existiera.

El caso revela cómo los vínculos familiares pueden convertirse en escenarios de abuso legal, cuando se usan mecanismos jurídicos para apartar a un heredero. La falta de notificación, el ocultamiento deliberado y la cesión de bienes dentro del círculo íntimo fueron decisivos para montar la maniobra.

Hoy, más de una década después de la muerte del padre, la Justicia busca reparar una herida profunda, tanto patrimonial como emocional. La condena deja un mensaje: quien margina a otro con conocimiento y mala fe, paga las consecuencias.