Tailandia y Camboya pactaron un alto el fuego tras días de tensión en la frontera

Luego de varios días de enfrentamientos armados en zonas fronterizas, Tailandia y Camboya acordaron un alto el fuego que entrará en vigencia a partir de la medianoche de este lunes. La noticia fue confirmada por el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, quien recibió a ambas delegaciones en su residencia oficial y ofició de mediador en las conversaciones.

El encuentro tuvo lugar en Putrajaya, capital administrativa de Malasia, donde los representantes de ambos gobiernos llegaron tras una semana de escaladas en los límites territoriales. “Los líderes acordaron implementar un alto el fuego inmediato”, anunció Ibrahim a la prensa luego de la reunión, en la que se buscó frenar los enfrentamientos que se habían intensificado en las últimas jornadas.

Las tensiones entre Tailandia y Camboya se habían reactivado en la frontera común, donde se produjeron intercambios de fuego que alarmaron a la población civil y a los observadores regionales. Aunque no se difundieron cifras oficiales de víctimas o daños, medios locales señalaron que hubo desplazamientos y evacuaciones en algunas comunidades cercanas al conflicto.

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El gobierno malasio valoró positivamente la voluntad de ambas partes de frenar la violencia y destacó la importancia de la diplomacia regional para evitar que el conflicto escale. Ibrahim celebró el resultado de la mesa de diálogo, impulsada por su país como parte de una iniciativa de paz en el sudeste asiático.

Las disputas territoriales entre Camboya y Tailandia no son nuevas, y se remontan a décadas de desacuerdos por regiones limítrofes y control de recursos naturales. A pesar de acuerdos previos y gestos diplomáticos, los choques fronterizos se reactivan de forma intermitente y exponen la fragilidad de la relación bilateral.

El acuerdo de alto el fuego no fue acompañado por un cronograma formal de desmilitarización o compromisos a largo plazo, pero se espera que se traduzca en una reducción inmediata de hostilidades. Las delegaciones expresaron su intención de continuar el diálogo y mantener canales abiertos para resolver los puntos de conflicto mediante vías pacíficas.

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Diversos países de la región y organismos internacionales venían pidiendo una desescalada urgente, ante el riesgo de que el conflicto se extendiera o involucrara a terceros actores. Malasia, que no tiene frontera directa con ninguno de los dos países, se ofreció como mediador neutral y logró reunir a las partes en un contexto de tensión creciente.

El anuncio fue bien recibido por Naciones Unidas y por la ASEAN, que ven con preocupación cualquier episodio que altere la estabilidad en el sudeste asiático. El papel activo de Malasia fue valorado por sus vecinos, especialmente por haber evitado que el conflicto derivara en un escenario de mayor escala.

Fuente: NA.