Una bomba plástica a punto de estallar: alertan que los residuos se triplicarán antes de 2060

El mundo camina hacia una avalancha plástica sin precedentes. Según proyecciones del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los residuos plásticos podrían triplicarse para 2060 si no se firma un acuerdo global urgente.

“Consumimos más de 500 millones de toneladas de plástico por año. De eso, 399 millones terminan como basura”, advirtió Jyoti Mathur-Filipp, secretaria ejecutiva del Comité Intergubernamental que lidera las negociaciones en Ginebra.

Durante diez días, 179 países discuten los puntos de un tratado internacional jurídicamente vinculante. El objetivo: ponerle freno a la contaminación plástica, que impacta la vida marina, la salud humana y la economía global.

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“El costo de los daños podría llegar a 281 billones de dólares acumulados entre 2016 y 2040”, alertó Mathur-Filipp. Mientras tanto, en la revista The Lancet, más de veinte expertos señalaron efectos nocivos del plástico en todas las etapas de la vida humana.

Bebés y niños aparecen como los más vulnerables. Según el artículo, los plásticos contienen sustancias que afectan órganos, hormonas y sistemas inmunológicos. Cada sorbete, cada microesfera cosmética, cada bolsa descartable suma en esta cadena de exposición.

“Los plásticos causan pérdidas económicas en salud por más de 1500 millones de dólares anuales”, detallaron los autores del informe.

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Las cifras no bajan. Se estima que las fugas de plástico al ambiente aumentarán un 50% antes de 2040. De no actuar, el planeta se hundirá en sus propios residuos.

Las negociaciones en Ginebra retoman una ruta iniciada en 2022 en Uruguay, con escalas en Francia, Kenia, Canadá y Corea del Sur. El embajador ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso preside el comité actual.

Desde la ONU insisten en acelerar medidas y compartir alternativas viables. Algunas de ellas: sustitutos sin plástico, reducción del consumo, y rediseño de productos y envases. Las decisiones deben llegar pronto. El reloj avanza. Y la marea plástica también.

Fuente: BAE