
Invicto y brillante: Sebastián Moreno Pérez logra su primera Norma de Maestro Internacional
Deporte06/08/2025
Cristian Roldán
Durante el invierno de 2015, una tarde ventosa y fría cambió para siempre la vida de Sebastián Moreno Pérez. Tenía solo diez años y, al no poder salir a jugar a la pelota, buscaba algo que lo entretuviera en casa. Su mamá, Verónica, vio en la cartelera del edificio un aviso que decía: "Se dan clases de ajedrez a domicilio".


Sebastián no sabía cómo se jugaba, pero le interesó la idea. Había visto el tablero en "Chess Titans", un juego de computadora, y apenas entendía las reglas. "Una vez di jaque mate sin querer y no sabía qué había pasado", recuerda entre risas.
OTRAS NOTICIAS:
El ajedrez, que empezó como una simple curiosidad, pronto se convirtió en una pasión absorbente. Su entusiasmo creció tanto que, por las mañanas, su mamá tenía que insistirle para que se sacara el pijama y se preparara para la escuela. “Me costaba dejar el tablero, me tenía que correr con el almuerzo y el guardapolvo”, confesó.
Esa constancia lo llevó más lejos de lo que soñaba en aquel departamento. Con 20 años, acaba de firmar una de sus mejores actuaciones en el mítico Círculo de Ajedrez Torre Blanca, en Buenos Aires. Allí disputó el ITT Gráfica Yael-Torre Blanca-Ventajedrez, entre el 29 de julio y el 4 de agosto.
Participaron nueve jugadores, incluyendo Maestros Internacionales, Maestros FIDE y representantes de España, Brasil, Uruguay y Perú entre otros. Moreno Pérez terminó el torneo invicto, con 7 puntos sobre 9 posibles. Así ganó su primera Norma de Maestro Internacional y se convirtió en el primer madrynense en lograr esa hazaña.

OTRAS NOTICIAS:
El joven chubutense sumó, además, 44 puntos de ranking internacional y alcanzó una actuación de 2502 de Elo. Esto lo posiciona como el mejor jugador de la Patagonia, superando incluso a referentes con más trayectoria. Actualmente es el número 1 absoluto de la región.
Moreno Pérez forma parte del programa de becas de Chubut Deportes y representa a su provincia con orgullo. No olvida de dónde viene ni cómo empezó, y sigue combinando torneos con sus estudios. Su historia inspira a muchos chicos del sur que hoy, como él hace una década, miran un tablero por primera vez.
Mientras crecen sus logros, Sebastián mantiene los pies en la tierra. Agradece el apoyo de su familia y entrena con humildad. “Me encanta competir, pero más me gusta aprender de cada partida”, afirma.
















