Violencia policial en Brasil con hinchas de Godoy Cruz, reprimidos y detenidos

El partido entre Godoy Cruz y Atlético Mineiro, por la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana, terminó con un escándalo que fue mucho más allá del resultado. Si bien el equipo mendocino cayó 2-1, dejando una imagen competitiva, lo más comentado de la noche fue la brutal represión policial que sufrieron sus hinchas. Las imágenes de la violencia recorrieron las redes y encendieron alarmas tanto en Argentina como en Brasil.

La represión ocurrió apenas finalizado el encuentro, en el sector visitante del estadio Arena MRV de Belo Horizonte, donde se alojaban los fanáticos del Tomba. Según testigos, la Policía actuó con extrema violencia y sin mediar provocación. Dos personas terminaron heridas y otras cinco fueron detenidas en un operativo que generó repudio inmediato.

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Un video difundido por la cuenta @somos_godoycruz en la red social X mostró una escena alarmante: un hincha en el suelo fue pateado en la cabeza por un oficial. La secuencia se viralizó en cuestión de minutos, lo que motivó un fuerte reclamo por parte de organismos de derechos humanos. “Fue una represión salvaje”, expresaron desde la delegación argentina en Brasil.

Las autoridades brasileñas justificaron las detenciones alegando que los hinchas habrían hecho gestos racistas hacia el público local. De confirmarse esa versión, los detenidos podrían permanecer hasta 30 días en suelo brasileño. Esto activó la intervención del cónsul argentino en Belo Horizonte y de abogados especializados en causas penales.

La situación recuerda a otros episodios violentos vividos por equipos argentinos en ese estadio, que parece haberse transformado en un escenario repetidamente hostil. San Lorenzo fue víctima de una represión similar durante su visita por la Libertadores 2024. Allí también hubo heridos, detenidos y gases lacrimógenos que afectaron incluso a los jugadores durante el partido.

El caso de River también sigue fresco. En diciembre pasado, cuatro jugadores del club fueron arrestados por presuntos gestos racistas y debieron permanecer bajo arresto domiciliario durante casi dos meses. A eso se suman los ataques sufridos por hinchas en la calle, en las afueras de Belo Horizonte, antes de un partido por semifinales.

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La gravedad de los hechos deja al fútbol sudamericano en una posición incómoda. Mientras la Conmebol no emite comunicados oficiales, los antecedentes se acumulan. Cada nuevo incidente en Brasil reaviva la preocupación por la seguridad de los visitantes.

En Mendoza, la preocupación es total. Familiares de los hinchas detenidos se mantienen en contacto con Cancillería y abogados locales para lograr un regreso rápido. “No cometieron ningún delito. Solo fueron alentar”, declaró uno de los allegados.

Lo cierto es que la violencia institucional ya se volvió una postal habitual cada vez que un club argentino visita a Atlético Mineiro. La falta de respuestas concretas por parte de los organizadores solo alimenta el malestar. Mientras tanto, el fútbol sigue manchado por imágenes que nadie quiere volver a ver.