
Frigorífico de Trevelin al borde del colapso: 70 familias dependen de un salvataje urgente
Chubut17/08/2025
Sergio Bustos
El frigorífico DICASUR de Trevelin atraviesa un parate total que deja en vilo a más de 70 trabajadores y decenas de ganaderos. Con salarios y aguinaldos atrasados, la incertidumbre crece cada día.


El intendente Héctor Ingram y la ministra de Producción de Chubut, Laura Mirantes, encabezaron reuniones para encontrar una salida que garantice la continuidad laboral. Sobre la mesa se analizan alternativas de financiamiento provincial y municipal, además del interés de empresarios privados.
La crisis económica se mezcla con un frente judicial. Cuatro personas vinculadas a la empresa fueron denunciadas por estafa, cheques sin fondos y asociación ilícita. El productor Marcelo Winter asegura que el perjuicio supera los 600 millones de pesos.
A los encuentros también asistieron Nicolás Ewdokimoff, secretario de Producción de Trevelin, y Luis Almendra, director de Coordinación Territorial y Delegaciones Forestales, quienes aportaron datos técnicos y posibles soluciones logísticas.
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Las autoridades recorrieron las instalaciones y dialogaron con los empleados. El clima fue tenso. “Estamos tratando de defender a los trabajadores para que cobren en tiempo y forma”, dijo Tomás Ríos, representante del Sindicato de la Carne.
Ríos detalló que la escala salarial “no se respeta” y que hay sueldos pendientes desde hace semanas. “Son 70 familias que dependen de este ingreso y no tienen certezas”, advirtió.
La planta, que supo procesar 500 novillos por semana, había invertido para exportar carne. Hoy, esas instalaciones permanecen paradas. “Toda esa inversión quedó en nada por la crisis del sector y la caída del consumo”, lamentó el sindicalista.
El representante gremial reveló que las carnicerías propias trabajan hasta agotar stock y que el panorama para los proveedores es igual de incierto. “Hay productores con cheques en mano sin respaldo”, señaló.
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La preocupación también alcanza a transportistas y proveedores, que dependen de la actividad de la planta para sostener sus ingresos. Cada día de parate implica pérdida de trabajo en toda la cadena productiva.
Mientras tanto, las miradas están puestas en la llegada de un posible inversor que permita reactivar la faena. Sin embargo, no hay plazos definidos y el tiempo juega en contra.
En Trevelin, el frigorífico es más que una empresa: es un pilar económico. Su cierre significaría un golpe directo al empleo y al movimiento comercial de la región.
“La prioridad es mantener los puestos de trabajo y cobrar lo que se debe”, insistió Ríos, que adelantó que el sindicato evalúa medidas si no llegan soluciones rápidas.
















