Bolivia votó por un cambio: Paz Pereira y Quiroga irán al balotaje con el derrumbe de la izquierda

Bolivia sorprendió en las urnas con un giro político histórico. Después de veinte años de dominio del Movimiento Al Socialismo (MAS), el país quedó frente a una segunda vuelta inédita que enfrentará al senador Rodrigo Paz Pereira y al ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga. El resultado dejó afuera a la izquierda, que no logró sostener la fuerza de elecciones anteriores y quedó relegada en medio de disputas internas.

Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano, fue la gran revelación. Hijo del ex presidente Jaime Paz Zamora, pasó de figurar con apenas un 8,3% en los sondeos previos a obtener el 32,13% de los votos con más del 90% de las actas escrutadas. Su irrupción transformó el mapa político y lo colocó como favorito de cara al balotaje del 19 de octubre.

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En la otra vereda quedó Jorge Quiroga, con un 26,97%. El ex mandatario liberal mantuvo una base electoral firme y se convirtió en la opción conservadora para la segunda vuelta. En tercer lugar se ubicó el empresario Samuel Doria Medina, que apenas alcanzó el 19,89% y reconoció la derrota en la misma noche electoral, anunciando que apoyará a Paz Pereira en la definición.

Uno de los factores que explicó el ascenso del senador fue su compañero de fórmula, Edman “El Capitán” Lara, un ex policía expulsado por denunciar corrupción, que se volvió fenómeno en TikTok. Su carisma en redes sociales lo convirtió en una figura popular, sobre todo entre los votantes más jóvenes, y sumó a la campaña un aire de renovación inesperado.

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En paralelo, la Asamblea Legislativa Plurinacional resultó fragmentada, pero con mayoría de fuerzas de derecha y centro-derecha. La izquierda se quedó sin representación en el Senado y apenas logró unos pocos escaños en Diputados, un golpe que marcó la magnitud de la derrota.

La caída del MAS estuvo atravesada por la interna feroz entre Evo Morales y Luis Arce. Andrónico Rodríguez, presidente del Senado, consiguió solo un 8,11%, mientras que el ex ministro Eduardo Del Castillo obtuvo el 3,14%. Incluso Morales, inhabilitado judicialmente, llamó a votar en blanco y consiguió un 19% de voto nulo, un número récord que terminó potenciando a la oposición.

La crisis económica fue el motor del cambio. Largas filas para conseguir combustible, un dólar paralelo que duplicó el tipo de cambio oficial y la falta de productos básicos alimentaron el hartazgo social. Comerciantes y consumidores expresaron el mismo malestar: el esquema de subsidios ya no alcanzaba para contener los precios y la población votó con el bolsillo.

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De cara al balotaje, Paz Pereira propone un modelo de austeridad bajo el lema “Capitalismo para Todos”, con eliminación de barreras a las importaciones y revisión de subsidios. Quiroga, en cambio, plantea un programa más radical, con privatizaciones y acuerdos con organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial, aunque prometió conservar el subsidio al transporte.

La segunda vuelta definirá no solo quién gobernará Bolivia, sino también el rumbo de una economía que transita una situación límite. “Ahora, la palabra la tiene el pueblo boliviano. Nuestra población reafirmará que resolvemos los problemas por la vía pacífica”, expresó el presidente Luis Arce al reconocer los resultados. La transición política ya está en marcha.