

El 4 de septiembre de 2014, la Argentina se paralizó. Gustavo Cerati murió tras cuatro años en coma, consecuencia de un ACV sufrido en Venezuela. La noticia sacudió al país entero y abrió un duelo colectivo que aún no termina.


Nacido en Barracas en 1959, Gustavo creció en Villa Ortúzar, en un hogar de clase media donde ya se intuía su destino. “Con una guitarrita de madera o un palo de escoba animaba todos los cumpleaños”, recordaba su madre. Desde chico combinaba música y dibujo, inventaba cómics y formaba bandas escolares.
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En la adolescencia se sumó a grupos como Savage, Vozarrón y Triciclo. Pero el giro definitivo llegó en 1982, cuando conoció a Zeta Bosio y, poco después, a Charly Alberti. De esa química nació Soda Stereo, un fenómeno que cambió la historia del rock latino.
El trío explotó en los 80 con discos que vendieron millones y giras que llenaron estadios. En 1997, River fue el escenario de su adiós con el inolvidable “Gracias... totales”. Una década más tarde, la reunión de 2007 agotó entradas en tiempo récord y ratificó la vigencia del grupo.
Paralelamente, Cerati afianzó su carrera solista. Desde Amor amarillo en 1993 hasta Ahí vamos y Fuerza natural, sus discos mostraron la misma creatividad que en Soda. “Siempre me interesó ir más allá de lo que ya hice”, solía decir.
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Los premios no tardaron en llegar: cuatro Grammy Latinos, tres MTV y un Gardel de Oro, además del reconocimiento de colegas en todo el continente. Su estilo único lo convirtió en referente de varias generaciones.
La salud le jugó una mala pasada en 2006 con una trombosis. En mayo de 2010, después de un recital en Caracas, sufrió el ACV que lo dejó en coma. Su madre, Lilian Clark, lo acompañó hasta el último día, mientras miles de fans mantenían viva la esperanza.
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El 4 de septiembre de 2014 su cuerpo dijo basta, pero su obra no. Cerati fue despedido por multitudes en la Legislatura porteña, en un homenaje que confirmó su estatura histórica. Hoy, once años después, sus canciones siguen siendo la banda sonora de América Latina.
“No solo no hubiésemos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor. Gracias... totales”, dijo aquella noche en River. Esa frase, como su música, quedó grabada para siempre.
Fuente: Ámbito


















