
Independiente fue expulsado de la Sudamericana por decisión de la CONMEBOL
Deporte05/09/2025
REDACCIÓN
La CONMEBOL decidió eliminar a Independiente de la Copa Sudamericana tras los graves incidentes ocurridos en Avellaneda, que implicaron violaciones a sus protocolos de seguridad, al Código Disciplinario y al Manual de Clubes. El club argentino fue sancionado por negligencias graves en torno a la seguridad de los espectadores y la organización del evento. La suspensión del torneo fue una medida drástica, pero catalogada como necesaria por la organización continental.


El Reglamento de Seguridad fue claramente transgredido, al ingresar hinchas con armas blancas y bombas de estruendo, elementos expresamente prohibidos en el artículo 22. Las normas son explícitas: ese tipo de objetos representan una amenaza real para la integridad física. Este incumplimiento fue el punto de partida para una sanción dura y ejemplificadora.
El Código Disciplinario también fue violado, en sus artículos 8.1 y 8.2, que indican que los clubes responden por el comportamiento de su público dentro y fuera del estadio; estas responsabilidades no pueden delegarse. La CONMEBOL exigió que el orden y la seguridad fueran garantía del club anfitrión antes, durante y después del partido. La falta de control y omisión de medidas preventivas reforzaron la gravedad de las infracciones.
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Además, el Manual de Clubes en su inciso 12.1 establece la obligación del anfitrión de evaluar riesgos, aplicar protocolos necesarios y mantener el orden; Independiente falló en esas tres exigencias esenciales. No se implementaron medidas suficientes para asegurar el cumplimiento de las normas vigentes. Esa omisión consolidó la decisión de excluirlo de la competencia.
El artículo 12.2 complementa el manual, aclarando que los clubes deben responder ante invasiones de campo, lanzamiento de objetos, tumultos o agresiones dentro o en las inmediaciones del estadio, y esas situaciones se dieron en Avellaneda. La reiteración de esos hechos fue determinante en la resolución adoptada por el ente sudamericano. La sanción respondió al cúmulo de incumplimientos que se registraron durante el partido.
El delegado designado por la CONMEBOL optó por cancelar el partido tras evaluar que la seguridad de los protagonistas estaba en riesgo, conforme al punto 5.1.11 del Manual de Clubes, que exige activar los protocolos de crisis en ese tipo de escenarios. La norma impide continuar ante amenazas reales a jugadores, oficiales o público. La interrupción fue considerada una medida extrema, pero reglamentaria.
Como parte de las sanciones, Independiente deberá jugar sus próximos siete partidos locales sin público, medida que atenta contra la recaudación y el aliento de sus hinchas. Además, deberá disputar siete encuentros como visitante sin hinchas. La penalidad fue completa y duradera, con impacto directo en la comunidad futbolera del club.

A nivel económico, la multa impuesta asciende a 250 mil dólares, una cifra importante que golpeará las arcas del club. El monto representa una carga adicional sobre una institución que vive una crisis institucional y financiera. Esa sanción refuerza el mensaje preventivo de la CONMEBOL.
La dirigencia encabezada por Néstor Grindetti evalúa presentar una apelación, aunque no buscarán revertir el resultado deportivo, sino moderar o anular las restricciones de público y revisar el monto de la multa. El reclamo apunta más al impacto institucional y social que a lo ocurrido en la cancha. Su objetivo será salvar lo poco que resta de imagen ante sus socios e hinchas.
Se espera una reunión con los abogados del club a primera hora del viernes para definir los pasos legales inmediatos que se tomarán. La estrategia jurídica puede incluir el TAS como última instancia. El corto plazo marcará la agenda institucional.
La noticia generó un fuerte debate público y mediático sobre la seguridad en los estadios argentinos, y puso en evidencia la necesidad de políticas más firmes y protocolos efectivos. Expertos del fútbol y las instituciones exigen controles más rigurosos. El caso Independiente puede ser un punto de inflexión para futuras medidas.
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La hinchada rojo se encontró de golpe y sin respuestas ante el vacío del estadio y la sanción ejemplar, que olvidó en un instante la pasión futbolera y evidenció el impacto de los incidentes. La desazón colectiva volvió a poner en evidencia el poder del fútbol sobre la comunidad. Este golpe repercutirá en el sentir de los socios y simpatizantes.
El proceso de reconstrucción del club tendrá que incluir una refundación en materia de seguridad, cultura deportiva y protocolos de convivencia que prevengan nuevos episodios violentos. La sanción funciona como un llamado de atención a todo el fútbol argentino. El futuro será difícil, pero esperanzador si se aprende de este capítulo.
Independiente debe recomponer su imagen a través de gestos concretos, acciones responsables y diálogo con su gente; solo así podrá transformarse de víctima de una tragedia a ejemplo de superación. El camino será largo, pero las instituciones del fútbol esperan que esta crisis se transforme en una oportunidad de cambio. La renovación institucional comenzará por reconocer errores y diseñar un estadio seguro para todos.
















