El INCAA reincorpora a trabajadores trans tras lucha judicial y política

Un fallo judicial ordenó la reincorporación de cinco empleados del colectivo trans al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), un paso significativo en la pelea por los derechos laborales de este sector. La Cámara Contencioso Administrativo Federal N°5 resolvió, después de cuatro meses de lucha, que los trabajadores volvieran a sus puestos, en un contexto marcado por despidos masivos y un ajuste de personal.

“El fallo es un paso favorable en la pelea judicial,” señalaron desde ATE, el sindicato que acompañó a los empleados en su reclamo. El regreso de los trabajadores al INCAA, que se concretó el pasado viernes, fue celebrado con un "abrazo colectivo" de apoyo, que reunió a referentes de diversos sectores, desde la cultura hasta la política, mostrando un frente común contra los despidos y la discriminación.

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El conflicto comenzó en mayo, cuando la Cámara dictó una orden de restitución amparada en la ley N°27.636 ‘Diana Sacayán-Lohan Berkins’, que protege los derechos laborales del colectivo trans.

A pesar de la resolución judicial, el proceso no fue sencillo: fue necesario intimar a los funcionarios y presionar para que los empleados pudieran reincorporarse. “En el INCAA, el ajuste del Gobierno y Carlos Pirovano dejaron tierra arrasada”, lamentaron desde ATE, refiriéndose a los despidos masivos que afectaron a distintos grupos dentro del organismo.

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El regreso de los trabajadores trans también se interpreta como una derrota simbólica para el gobierno de Javier Milei, quien había criticado fuertemente a los sindicatos y trabajadores del Estado, llamándolos “casta” y “ñoquis”. “Es un revés para Milei, que nos llamó casta y ñoquis. Pero su Gobierno está lleno de coimeros y ajustadores”, aseguraron desde ATE, reforzando la idea de que la lucha política y sindical sigue siendo clave en la defensa de los derechos laborales.

Este triunfo judicial no solo es un avance para el colectivo trans, sino también para todas las personas que luchan por sus derechos laborales en un contexto de ajustes. La solidaridad de los sectores culturales y sociales demuestra que la causa va más allá de los puestos de trabajo, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y justicia social.

Fuente: ATE Capital