Deportivo Madryn sumó un punto que vale oro.
Deportivo Madryn volvió a dar una muestra de carácter al sostener un empate 0 a 0 ante All Boys, en Floresta, pese a terminar con dos jugadores menos. El conjunto chubutense sumó un punto que podría ser determinante en la recta final de la Primera Nacional. Con este resultado, sigue como único líder de la Zona A y mantiene viva la ilusión del ascenso.
El arranque del partido mostró a un Madryn decidido a tomar el protagonismo, incluso en condición de visitante. Un tiro de esquina ejecutado por Nazareno Solís encendió las alarmas en el área local y por poco se abre el marcador. Rivero no pudo definir tras una mala salida del arquero y Arango estuvo cerca en el rebote.
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Sin embargo, el juego empezó a endurecerse y las fricciones se multiplicaron en el mediocampo. Un fuerte choque de cabezas entre Turraca y Zafarana obligó a detener el partido durante varios minutos. Ambos jugadores pudieron continuar, pero el clima dentro de la cancha cambió por completo.
A medida que pasaban los minutos, las amarillas empezaban a condicionar a los protagonistas. Rivero fue amonestado en Madryn, mientras que Coronel vio la tarjeta por el lado del local. La intensidad del encuentro crecía y cada pelota se disputaba con dientes apretados.
Cuando el primer tiempo ya se apagaba, llegó el primer golpe duro para el Aurinegro. Germán Rivero cometió una nueva infracción y vio la segunda amarilla, dejando a su equipo con diez. La situación obligaba a Madryn a replantear todo de cara al segundo tiempo.
En el complemento, ambos técnicos buscaron ajustar sus piezas. Gracián apostó por el ingreso de Elías Ayala para reordenar el medio, mientras que Biggeri cuidó a sus amonestados. All Boys intentó volcar la cancha, pero Bonnin se mostró seguro desde el fondo.
La resistencia madrynense se complicó aún más cerca de los 30 minutos. Agustín Sosa cometió una dura falta y fue expulsado con roja directa. Con dos menos y quince minutos por delante, el panorama era más que complejo.
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All Boys se volcó al ataque con centros constantes desde ambos costados. Bonnin volvió a crecer en el arco, mientras Giacopuzzi y Arango despejaban todo lo que caía en el área. La defensa de Madryn respondió con una firmeza admirable en cada embate.
En los minutos finales, el arquero fue la figura indiscutible del encuentro. Bonnin contuvo cada intento y mantuvo la calma en los momentos más tensos. El equipo defendió con el corazón y celebró un empate que vale más que un punto.
Madryn llegó a los 57 puntos y sostiene su ventaja de tres sobre Atlanta, su inmediato perseguidor. El próximo domingo, el Aurinegro recibirá a Arsenal con la posibilidad de asegurar el primer lugar. La ilusión de todo un pueblo sigue más viva que nunca.
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