¡Y LLOVIÓ MUCHO!

Por Ricargo Lagiard William Meloch Hughes llegó al Chubut cerca del fin del siglo 19 y volcó su ...

Trelew 06 de julio de 2017 Actualidad

Por Ricargo Lagiard


William Meloch Hughes llegó al Chubut cerca del fin del siglo 19 y volcó su destreza literaria en un libro que hoy adquiere un valor singular. En él hemos hallado registros sobre las reiteradas inundaciones que asolaron nuestro valle, de las que se destaca aquella ocurrida en 1899.

Desde el primer año en que los colonos se establecieron en el valle, se han producido lluvias importantes y a lo largo de nuestra historia hubo varios intentos por controlar el río por medio de diques de distinto volumen. No obstante, la fuerza del agua siempre logró vencer al hombre, y en julio de 1899 se produjo la catástrofe más terrible que se recuerde.

Dice el autor: “Fue un invierno húmedo y templado en toda la república, el más húmedo y templado que se recuerda. Esto explica que el Paraná desbordara en abril, el Neuquén, Limay y el Río Negro en mayo, el Chubut en junio y el Santa Cruz en agosto siguiente”... “el río subió en mayo pero bajó en seguida...Volvió a crecer en junio...salió de madre en un torrente el 21 de julio.

Y agrega que en el valle superior había subido 15 pies, o sea, 4 metros y medio. El 24 entró a Gaiman por detrás de la capilla y para el 28 había barrido con Trerawson. Y dice: “De este modo, el valle del Chubut fue cubierto en una semana por las aguas de la inundación hasta convertirlo en un mar, de loma a loma...”

Hemos oído a los abuelos comentar con nostalgia y dolor que a medida que las aguas arrasaban el valle, se oían los estallidos de las viviendas al ser demolidas por el torrente descontrolado.

Afortunadamente, los colonos estaban organizados y todo el mundo logró escapar hacia las bardas donde sobrevivieron durante la inundación. Pero se perdió todo lo construido con mucho sudor durante 34 años.

Hemos traído el tema a colación con el deseo de que la comunidad y, en especial, los responsables del manejo de la cosa pública, tomen conciencia de su seriedad. La naturaleza nos está advirtiendo que hay peligro. Está en nosotros escucharla.

   

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