EMPRESAS RESPONSABILIZAN A USUARIOS POR CORTES DE ENERGÍA

En pleno verano, con temperaturas en ascenso y cortes de luz cada vez más frecuentes, Edenor y otras empresas del sector apuntan al "uso nocivo" del aire acondicionado como principal responsable de la saturación del sistema eléctrico. Sin embargo, ¿es justo trasladar la responsabilidad a los usuarios cuando el sistema lleva décadas de falta de inversión?

Edgardo Volosin, director ejecutivo de Edenor, afirmó que “tenemos un tema cultural con el uso del aire acondicionado que es fuertemente pernicioso para la demanda”. Según el ejecutivo, la simultaneidad en el encendido de aires acondicionados representa hasta el 25% del consumo en momentos críticos.

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A simple vista, puede parecer razonable. Sin embargo, las propias empresas reconocen que el 40% de las instalaciones del sistema están al final de su vida útil. “Venimos de décadas de atraso tarifario que generaron una falta de inversión”, admitió Volosin.

Las declaraciones del ejecutivo parecen ignorar que el uso del aire acondicionado no es un lujo en contextos de olas de calor, sino una necesidad. “Los aumentos tarifarios no han hecho que los usuarios sean más responsables con el consumo”, dijo Volosin, subestimando la falta de opciones reales para lidiar con temperaturas extremas.

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A esto se suma un sistema energético que depende de la importación de energía de países vecinos en momentos críticos. “Hemos importado energía de Brasil, Chile y Uruguay durante muchos años”, agregó Volosin, evidenciando la fragilidad estructural del sistema.

Los cortes de luz no solo generan incomodidad, sino también pérdidas económicas para hogares y comercios. Mientras tanto, la respuesta de las empresas parece limitarse a pedir un “uso responsable” de la energía, desviando la atención de las fallas en la planificación y modernización del sistema eléctrico.

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El exsecretario de Energía Emilio Apud advirtió que “los tres segmentos de la energía están subinvertidos y pueden colapsar con los picos de consumo”. Esta situación no es nueva, pero las soluciones estructurales parecen estar siempre relegadas.

En vez de señalar a los usuarios, las empresas deberían priorizar inversiones que garanticen un suministro confiable. La responsabilidad no recae únicamente en los consumidores, sino en un sistema que no se modernizó a la par del crecimiento demográfico y tecnológico del país.

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Mientras tanto, los argentinos deberán prepararse para otro verano con cortes de luz y explicaciones que parecen ignorar las verdaderas causas del problema.