Policiales Por: REDACCIÓN28/03/2025

Una argentina fue detenida por tráfico de cocaína y podría enfrentar la pena de muerte

Una ciudadana argentina de 46 años fue detenida en el aeropuerto internacional Ngurah Rai, en la isla de Bali, Indonesia, tras ser descubierta con 323,76 gramos de cocaína que llevaba ocultos en su cuerpo. El hecho se produjo durante los controles de rutina de la Aduana, y la sustancia fue localizada en la zona genital de la mujer, quien más tarde confesó haber viajado desde México con el objetivo de entregar la droga a cambio de una suma de dinero.

Según informaron las autoridades locales, la detenida trabajaba como peluquera y aceptó transportar la cocaína por un pago de 3.000 dólares. La investigación derivó rápidamente en la detención de un ciudadano británico en una casa de huéspedes del distrito de Badung, sospechado de ser un eslabón menor en la red de distribución.

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El jefe de la agencia de narcóticos de Bali, Rudy Ahmad Sudrajat, explicó que se continúa con la investigación para desarticular una posible red internacional de tráfico de cocaína que opera en la isla. “Todavía estamos llevando a cabo la investigación para descubrir la red internacional y detener su distribución”, aseguró.

Indonesia tiene una de las legislaciones más severas del mundo contra el narcotráfico. Las penas por transportar más de cinco gramos de cocaína pueden ir desde los 5 años de prisión hasta la cadena perpetua o incluso la pena de muerte por fusilamiento.

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La mujer permanece bajo detención mientras se desarrolla el proceso judicial, y su identidad aún no fue revelada públicamente. Se suma así a la lista de extranjeros que enfrentan graves sanciones en el país por delitos vinculados a drogas.

Según la Red Contra la Pena de Muerte en Asia (ADPAN), más de 300 personas se encuentran actualmente en el corredor de la muerte en Indonesia, en su mayoría por delitos de narcotráfico. Si bien en algunos casos el gobierno ha autorizado repatriaciones por razones humanitarias, las autoridades enfatizaron que no implican perdón alguno.

Fuente: Clarín