Actualidad Por: Sergio Bustos14/04/2025

Franui invierte, expande y busca consolidarse en mercados externos

Franui creció en ventas y visibilidad desde su aparición en 2013. El producto nació como un snack de frambuesas congeladas cubiertas de chocolate. Con los años ganó espacio en redes sociales y comenzó un proceso de expansión regional e internacional.

La empresa forma parte del grupo Rapanui, fundado por Diego Fenoglio. Su hija Leticia Fenoglio conduce hoy el negocio y confirmó inversiones en Argentina y Europa. También proyecta ampliaciones para cubrir la demanda de mercados nuevos.

La planta de Pilar comenzará a operar en las próximas semanas. Tendrá capacidad para procesar una tonelada de chocolate por hora. La inversión fue de 8 millones de dólares. Abastecerá al mercado latinoamericano y reducirá costos logísticos en exportación.

En paralelo, Franui compró 100 hectáreas cerca de Trevelin, Chubut. “Queremos triplicar nuestra capacidad por encima de las 5.000 toneladas”, explicó Fenoglio. Las tierras permitirán aumentar el cultivo propio de frambuesas y consolidar el abastecimiento interno.

La empresa prevé generar 120 puestos de trabajo en ese predio. Las tareas incluirán plantación, producción, envasado y distribución. Según Fenoglio, se utilizarán tierras ociosas con potencial agrícola, seleccionadas por sus condiciones climáticas y de suelo.


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No toda la producción será propia. La empresa mantiene vínculos con productores de distintas regiones. Articula con cultivos familiares y con plantaciones más grandes, bajo un esquema de estándares de calidad y certificaciones internacionales.

Algunos proveedores cuentan con sellos como Global GAP, IFS o BRC. La trazabilidad es un elemento importante del modelo. También se busca reducir el uso de agroquímicos y garantizar prácticas de cultivo sostenibles.

Franui vende frambuesas cubiertas con chocolate blanco y negro. El producto se mantiene congelado y se comercializa como snack o postre. La propuesta busca combinar calidad y diferenciación, aunque enfrenta desafíos de escala y nuevos competidores.

En 2021, Franui abrió una planta en Valencia, España. La inversión fue de 3,5 millones de euros. Desde allí abastece a parte del mercado europeo. Ahora se planea abrir una segunda línea para triplicar la capacidad actual.

Leticia Fenoglio confirmó que exploran nuevas frutas para sumar. “Buscamos nuevas combinaciones que mantengan la misma experiencia”, dijo. No adelantó qué frutas están bajo análisis, pero remarcó que cualquier incorporación mantendrá el estándar del producto original.

El crecimiento también se refleja en redes sociales. Videos y fotos del producto circulan desde supermercados de Australia, Moldavia o Emiratos Árabes. No siempre son publicaciones oficiales, pero logran visibilidad en distintos mercados.


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Una de las publicaciones más virales surgió en Australia. Un usuario mostró potes de Franui a 12 dólares y generó confusión. Algunos lo ubicaron en Estados Unidos, pero la empresa aclaró que se trataba de una góndola australiana.

En cuatro meses, la marca multiplicó su presencia en ese país. Según Fenoglio, ya cuentan con una comunidad de seguidores activos. “Nos entusiasma la recepción que tuvo el producto”, señaló. La demanda sigue en aumento.

Franui tiene hoy 1.400 colaboradores. Unos 800 trabajan en Bariloche. El resto se distribuye entre fábricas, oficinas y tareas logísticas. La empresa proyecta sumar personal en distintas áreas conforme crezca su actividad.

La planta de Pilar se eligió por su cercanía a CABA. La ubicación permite reducir tiempos y costos de distribución. También mejora la salida hacia mercados regionales, lo que puede beneficiar la exportación.

Las metas a futuro no se limitan a productos ni territorios. La empresa quiere consolidarse en América Latina y ganar terreno en Europa, Estados Unidos y regiones de Medio Oriente y África. Para eso necesita escalar con eficiencia.

El crecimiento no garantiza estabilidad. Franui debe sostener su calidad, atender la demanda y evitar cuellos de botella en su cadena de producción. También necesita adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo.

La estrategia incluye combinar producción propia con alianzas externas. Esa mezcla le da volumen y flexibilidad, aunque requiere controles permanentes. La expansión de cultivos propios en Chubut busca equilibrar ese esquema.


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El mercado de frutas congeladas con chocolate es competitivo. Ya existen productos similares en otros países. Algunas marcas locales también intentan ganar espacio con variantes de berries y coberturas dulces.

La innovación tiene límites. Fenoglio aclaró que no todas las frutas logran el mismo resultado sensorial. “No se trata de bañar cualquier fruta, sino de lograr equilibrio”, explicó. El producto debe cumplir con ciertos requisitos.

La viralización en redes ayuda, pero también impone presión. La demanda crece rápido y exige respuestas logísticas. Los videos pueden abrir mercados, pero también desbordar la capacidad instalada si no hay previsión.

El fenómeno Franui no es nuevo. Lleva más de una década en desarrollo. Lo que cambió es su proyección internacional, impulsada por una estrategia de inversión, redes sociales y marketing sensorial.

La apuesta productiva en Patagonia tiene impacto regional. Nuevas hectáreas, empleos y proveedores se suman a la economía local. El efecto podría replicarse en otras zonas si la expansión continúa.

Los consumidores no siempre conocen el origen del producto. Franui aparece en góndolas extranjeras con packaging elegante y referencias sutiles a Argentina. La identidad patagónica es un valor agregado, pero no siempre se comunica con fuerza.

La empresa evalúa cada paso con cautela. Invertir millones en fábricas, comprar tierras o sumar frutas implica riesgos. La rentabilidad depende de la eficiencia, la logística y el comportamiento del consumidor.

El grupo Rapanui respalda con su experiencia en alimentos. Sus heladerías y locales ya consolidaron una marca con presencia nacional. El know-how ayuda a enfrentar el crecimiento de Franui.

Por ahora, el foco está en sostener el ritmo. Las plantas de Pilar y Valencia marcarán el próximo salto. El desafío será mantener calidad, abastecimiento y rentabilidad mientras aumentan los puntos de venta.

Leticia Fenoglio no adelantó nuevos lanzamientos. “No vamos a adelantar nada, pero vamos a sorprender”, dijo. Las expectativas crecen, pero la empresa busca manejar el ritmo de manera controlada.

Franui intenta mantener su diferencial sin perder consistencia. El camino es claro, pero no sencillo. Desde Bariloche al mundo, la expansión continúa paso a paso.