Cómo fue el triple crimen narco de Florencio Varela transmitido en vivo

Las investigaciones revelaron que el crimen fue planificado con detalle y que las tres jóvenes cayeron en una trampa letal. Según la reconstrucción judicial, las chicas fueron convocadas a una supuesta fiesta en Florencio Varela con la promesa de un pago en dólares, pero al llegar se encontraron con un dispositivo armado por la organización narco para eliminarlas como represalia y mensaje de control interno.

La mecánica comenzó en La Matanza, cuando una camioneta Chevrolet Tracker blanca las levantó en la vía pública. Los investigadores señalaron que la banda evitó utilizar un auto de aplicación para que no quedaran registros del viaje y utilizó un vehículo con patente apócrifa para dificultar el seguimiento. Cámaras municipales y antenas de celulares marcaron un recorrido que pasó por Flores, Floresta y Lomas de Zamora hasta desembocar en el barrio Mayol de Florencio Varela.

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La casa donde fueron llevadas estaba bajo control de la banda narco y había sido preparada el día anterior. Según fuentes policiales, los dueños del inmueble fueron obligados a entregar la vivienda y a cavar un pozo en el patio para ocultar los cuerpos. Allí se organizó la escena de lo que terminaría siendo un femicidio múltiple con características mafiosas.

El fiscal Adrián Arribas confirmó que las jóvenes fueron torturadas y asesinadas con extrema violencia. Testimonios y pericias indican que Lara sufrió mutilaciones en la mano y en la cara, mientras que Brenda recibió puntazos y golpes que derivaron en fracturas fatales, y Morena presentaba lesiones en el rostro y el cuello. Los cuerpos fueron enterrados en bolsas, envueltos en frazadas y cubiertos con cemento para dificultar su hallazgo.

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La violencia no se limitó a lo físico, ya que todo fue transmitido en vivo por Instagram en un grupo cerrado de la organización. Según un investigador, el propio “Pequeño J” utilizó la escena como advertencia interna y difundió el mensaje “Esto les pasa a quienes me roban”. Esa transmisión fue seguida por al menos 45 miembros de la estructura narco, quienes recibieron la señal como prueba de poder y disciplina mafiosa.

La camioneta usada en el traslado apareció incendiada a pocas cuadras del lugar, lo que buscaba desviar la atención. Sin embargo, los celulares de las víctimas siguieron emitiendo señales hasta la zona de Florencio Varela, lo que permitió a los detectives ubicar la vivienda y confirmar el horror. El trabajo de la DDI de La Matanza y la policía bonaerense se apoyó en rastreos de campo, cámaras de seguridad y testimonios de vecinos.

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Las primeras hipótesis apuntan a una venganza dentro del circuito del narcotráfico. Voceros del caso afirmaron que el crimen buscó disciplinar a quienes habrían robado dinero o cocaína de la organización. Otra versión sostiene que una de las chicas pudo haber retenido parte de un “vuelto” de una transacción, lo que habría desatado la represalia.

El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, remarcó que se trató de una ejecución mafiosa para enviar un mensaje. Mientras tanto, los fiscales y jueces de la causa avanzan en procesar a los detenidos, entre ellos los dueños de la casa, un ciudadano peruano y los dos sicarios identificados como responsables directos del traslado y la masacre.