

Cada 28 de septiembre, los hinchas de River Plate celebran una fecha especial que va más allá de los títulos o los goles. Es el Día Internacional del Hincha de River, instaurado en homenaje al nacimiento de Ángel Labruna, ícono eterno del club. La conmemoración se vive con emoción, orgullo y memoria, conectando pasado y presente en una única pasión.


Ángel Amadeo Labruna nació en 1916 y debutó en la Primera de River en 1939, de la mano de Renato Cesarini. Con su llegada comenzó una etapa inolvidable en la historia del club, marcada por títulos, goles y una identidad futbolística reconocida. Labruna se transformó en mucho más que un jugador: fue símbolo, bandera e inspiración para generaciones enteras.

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Integró la legendaria delantera conocida como La Máquina, junto a Pedernera, Moreno, Muñoz y Loustau. Ese equipo marcó una era en el fútbol argentino por su talento y precisión ofensiva. A pesar de que solo jugaron 18 partidos juntos, dejaron una huella imborrable.
Labruna ganó 16 títulos como jugador, entre torneos locales y copas nacionales. Convirtió 317 goles en competencias oficiales, cifra que aún lo ubica como el segundo máximo artillero del fútbol argentino. Nadie hizo más goles que él en los Superclásicos.
Su talento era tan reconocido que hasta tenía una “marca registrada”: la jorobita en la espalda al patear. Cuando eso ocurría, los arqueros sabían que era gol. Esa leyenda aún se transmite en las tribunas y en las historias familiares riverplatenses.
Después de retirarse, volvió al club como entrenador en tres oportunidades, siendo la última la más fructífera. Entre 1975 y 1981, Labruna sacó a River de una larga sequía de 18 años sin títulos. Bajo su conducción, el equipo recuperó la gloria y la confianza.
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El Día del Hincha nació en 2003 gracias a una propuesta de Fernando Guarini, entonces presidente de la Subcomisión del Hincha. La comisión directiva aceptó la iniciativa y fijó el 28 de septiembre como fecha oficial de la celebración. Desde entonces, se homenajea no solo al ídolo, sino también a la hinchada que lo mantiene vivo en cada cántico.
La fecha no se limita a Buenos Aires: se conmemora en cada rincón del país y del mundo donde haya un hincha de River. El club reconoce el acompañamiento y la fidelidad de su gente, que no entiende de distancias ni de resultados. El sentimiento millonario se transmite de generación en generación.
En un año donde los logros institucionales y deportivos refuerzan el orgullo riverplatense, este festejo cobra aún más valor. La memoria de Labruna sirve como faro, pero también como impulso para seguir creyendo en la identidad del club. El hincha se siente representado y valorado como parte esencial de esa historia.
Este 28 de septiembre, River no solo recuerda a su máximo ídolo. Celebra a toda una hinchada que nunca deja de alentar, incluso en los momentos más difíciles. Porque como dice el himno popular: en las buenas y en las malas, mucho más.

















