Martin Fierro In Memoriam
El momento más conmovedor de los Martín Fierro 2025 llegó cuando Santiago Del Moro pidió silencio en el salón. El conductor invitó a los presentes a sentarse y dijo: “Nos podemos sentar, y respeto. Leyendas de ayer, de hoy y de siempre. Las recordamos de esta manera”. La orquesta dirigida por Ezequiel Silberstein comenzó a interpretar los acordes de Adiós Nonino, la pieza inmortal de Astor Piazzolla.
Las luces se atenuaron y una pantalla iluminada como un cielo estrellado empezó a mostrar los rostros de quienes dejaron su huella en la televisión y la cultura. María Socas, Luis Buero, Leo Dan, Bilda Sindaco, Atilio Veronelli, Alfred Oliveri, Rosina Papas, León Balter, Julio Frade, Daniel “La Tota” Santillán y el estilista Roberto Giordano fueron los primeros en aparecer, arrancando aplausos y suspiros.
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Luego, el recuerdo se amplió con nombres que marcaron diferentes generaciones. Clara Vaccaro, Rubén “Tachi” Natale, Lidia Catalano, Pablo Reynoso, Claudio Delgado, Ulises Droghei, Alejandra Darín, Roberto Quirno, Norma Sebré, Manuel Cativa, Juan Carlos Uccello, Rina Morán, Roberto Mosca, Gustavo Marra y Jorge Lanata se sucedieron en imágenes que emocionaron a familiares, colegas y fanáticos.
El homenaje continuó con una nueva serie de figuras queridas. Ramiro Rodríguez Pardo, Alfredo Zemma, María Maristany, José Luis Arévalo, Pía Uribelarrea, Alberto Martín, Petty Castillo, Nicky Jones, Julio Marticorena, Toti Ciliberto, Lía Crucet, Ángel Mahler y Alejandra “Locomotora” Oliveras recibieron un cálido aplauso colectivo que unió a toda la sala.
En un clima de profundo respeto, la pantalla recordó también a Sergio Lerer, René Bertrand, Vicente Luis Ciano, José Palomino Cortez, Damián Martino, Andrea Yasky Arahati, Hugo Armoa, Daniel Fanego, Néstor Villa, Cristina Murta, Tico Rodríguez Paz, Gladys Macini, Jorge Maestro y Mario Mactas. Cada aparición generó un murmullo de nostalgia y admiración.
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La sorpresa llegó cuando el público vio los rostros de dos personalidades que trascendieron la televisión. El Papa Francisco y el querido actor Antonio Gasalla recibieron una ovación que se prolongó varios minutos. La emoción se mezcló con lágrimas y un reconocimiento colectivo a su legado.
Mientras los aplausos llenaban el salón, muchos invitados se pusieron de pie. El recuerdo de cada figura se convirtió en un puente entre generaciones, una forma de agradecer lo que cada uno dejó en la historia de la cultura argentina.
La ceremonia cerró con un silencio profundo, apenas roto por las notas finales de Adiós Nonino. Fue un homenaje que reafirmó el valor de la memoria y el poder del arte para permanecer más allá del tiempo.
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