“Yo no fui el que ordenó nada, me usaron”, dijo el acusado del triple crimen narco

Las palabras de “Pequeño J” marcaron un giro en la investigación por el crimen de las jóvenes en La Matanza. En su declaración indagatoria, el imputado más comprometido no negó su presencia en la escena, pero buscó despegarse de la autoría principal y trasladó las sospechas hacia algunos de los detenidos más recientes.

Fuentes judiciales confirmaron que el acusado aseguró que no actuó solo y que otros miembros del grupo participaron activamente en la ejecución del hecho. En ese contexto, mencionó a Ariel Giménez, arrestado días atrás, como la persona encargada de cavar el pozo en el que fueron ocultados los restos. También hizo referencia a movimientos realizados con vehículos que habrían involucrado a Florencia Ibáñez, sobrina de Sotacuro.

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“Yo no fui el que ordenó nada, me usaron”, habría dicho en su descargo, intentando instalar la idea de que ocupaba un rol menor dentro de la organización. Los fiscales, sin embargo, analizan la veracidad de esas afirmaciones y contrastan cada punto con las pruebas recogidas en allanamientos y peritajes.

Para los investigadores, las declaraciones no quitan peso a la acusación principal, pero aportan un mapa más detallado sobre las funciones que cumplió cada detenido. El señalamiento directo hacia otros imputados obliga a la fiscalía a revisar la cadena de responsabilidades y a reforzar los pedidos de prueba sobre teléfonos y cámaras de seguridad.

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La defensa de “Pequeño J” insiste en que el joven fue manipulado por los líderes de la banda y que no tuvo capacidad de decisión en el desenlace fatal. El argumento busca morigerar una posible pena perpetua y presentarlo como partícipe secundario. La fiscalía, en cambio, sostiene que la magnitud de su involucramiento lo ubica en el centro de la planificación.

El relato del imputado se suma a un expediente que ya acumula siete detenidos y que exhibe una trama de vínculos familiares y barriales. Las autoridades judiciales consideran que la participación de parientes directos de los principales acusados complica la posibilidad de que haya testigos neutrales dentro del entorno inmediato.

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En paralelo, la familia de las víctimas expresó desconfianza sobre lo dicho por “Pequeño J”. “No vamos a creer en excusas, lo que queremos es justicia completa”, remarcaron en las últimas horas. La presión social mantiene la causa en el centro del debate y refuerza la necesidad de una respuesta judicial clara.