
Los campeones del ‘86 visitaron a Bilardo y lo homenajearon como su “maestro”
Deporte08/10/2025
REDACCIÓN
Un grupo de campeones del Mundial de México 1986 volvió a visitar a Carlos Salvador Bilardo, el entrenador que marcó sus vidas dentro y fuera de la cancha. En esta ocasión, Oscar Ruggeri, Jorge Burruchaga, Sergio Batista y Ricardo Giusti se reunieron en su casa para compartir un nuevo encuentro de afecto y recuerdos.


Los exfutbolistas difundieron una imagen junto al “Narigón”, quien posó con una leve sonrisa, acompañado por sus exdirigidos. “El más grande de todos, mi maestro. Qué felicidad poder verlo tan bien”, escribió Ruggeri al publicar la foto en sus redes sociales. La postal rápidamente se viralizó entre hinchas y colegas, generando una ola de mensajes de cariño hacia el técnico campeón del mundo.
Bilardo, diagnosticado hace varios años con síndrome de Hakim-Adams, una enfermedad neurológica que provoca deterioro cognitivo progresivo, vive al cuidado de su familia y alejado del fútbol y la exposición pública. A pesar de su frágil estado de salud, sus exjugadores continúan visitándolo con frecuencia, reforzando el vínculo que nació hace casi cuatro décadas.
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Durante su ciclo al frente de la Selección, Bilardo no solo construyó un equipo campeón, sino también una relación de lealtad inquebrantable. Muchos de los protagonistas de aquel plantel han destacado su influencia en la formación personal y profesional de cada uno. “Nos enseñó cómo ser dentro y fuera de la cancha”, recordó Ruggeri, mientras Giusti agradeció “la sabiduría y la pasión” que les transmitió.
En la foto también aparece Jorge Burruchaga, autor del histórico gol ante Alemania Federal en la final del Mundial, junto a Batista, quien fuera parte del mediocampo titular de aquel equipo. Los exjugadores remarcaron en sus mensajes el cariño intacto que sienten por el entrenador y coincidieron en llamarlo “maestro”, una palabra que resume lo que significó para ellos.
Bilardo, que dirigió a la Selección argentina entre 1983 y 1990, fue una figura central del fútbol nacional por su disciplina, su método y su obsesión por el detalle. Su legado se mantiene vivo en las nuevas generaciones de entrenadores y en los hinchas que lo recuerdan como el símbolo del trabajo y la estrategia.
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A casi cuarenta años de aquel título inolvidable, el grupo campeón de 1986 sigue mostrándole gratitud y afecto a quien les enseñó a ganar y a creer en un sueño que cambió la historia del fútbol argentino.
















