

“Me encantaría ser esa vieja chusma que compara a los hijos”, dijo María Becerra entre risas durante una entrevista en streaming. Sin poses ni filtro, la cantante mostró una faceta íntima, lejos del brillo del espectáculo, imaginándose una vejez simple, barrial y rodeada de afecto.


“De grande sería más de las que se sientan en la vereda a ver la gente pasar”, agregó, con tono nostálgico. Describió una escena típica de los barrios de antes: la silla en la puerta, el mate que circula y las charlas sin apuro. “Me fascina ese plan. Quiero envejecer así”, insistió, dejando en claro que sueña con una vida cotidiana, sin cámaras ni luces.
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María se permitió bromear con esa versión futura de sí misma. “Quiero ser la vieja que te compara todo: ‘Ah sí, mi nena hizo dos de esos’”, imaginó entre carcajadas. Dijo que tiene “pensamientos de abuela” y que disfruta imaginar una familia numerosa.
“Yo quiero tener varios hijos, cuanto antes posible”, aseguró. “Viste que hoy todos quieren patear las cosas para más adelante… Yo quiero casarme, tener muchos hijos, que tengan hijos, para poder ser abuela. Quiero acordarme, vivirlo, tener perro, gato, todo eso me gusta”, resumió la artista, convencida de que su futuro ideal está en lo simple.
Esa naturalidad al hablar no es nueva en ella. María suele mostrarse cercana, con un lenguaje espontáneo y una mirada sincera sobre la fama, el amor y la vida cotidiana. “Tengo pensamiento de la vieja escuela”, reconoció, como quien asume una esencia que el tiempo no borra.
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Pero detrás de ese humor y de su deseo de familia, hay una historia reciente que la marcó profundamente. A fines de abril, la cantante estuvo internada durante más de una semana por un embarazo ectópico. Tenía 25 años y un calendario lleno de compromisos, pero la salud la obligó a frenar.
“Después de eso, todo lo empecé a ver distinto”, contó meses más tarde en una nota radial. Explicó que aquella experiencia la llevó a priorizar su bienestar y a mirar la vida con otra calma. “Aprendí a valorar mi salud, mi familia, mi respiración, poder moverme sola. Cosas básicas, pero tan importantes”, compartió.
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Desde entonces, se la nota más conectada con sus emociones. En sus redes y entrevistas, suele reflejar una mezcla de madurez y ternura que enamora a su público. “Yo quiero el pack tradicional”, repite, con esa autenticidad que la distingue.
Y mientras su carrera sigue creciendo, María Becerra se permite soñar con un futuro sin prisas: una casa en un barrio tranquilo, el mate a la sombra y la charla eterna de las veredas donde, como dice ella, “la vida se toma con calma y se ríe más”.
Fuente: Popular


















