El clásico de la Liga del Valle terminó en empate.
El clásico valletano volvió a dejar emociones fuertes en la Villa Deportiva. Gaiman y Dolavon empataron 1-1 en un duelo intenso, con momentos de tensión, un penal atajado y un final abierto hasta el último minuto. El encuentro completó la sexta fecha del Clausura de la Liga del Valle y dejó la sensación de que el resultado fue lo más justo.
El partido tuvo un marco ideal. Una tarde soleada, buen campo de juego y un público que acompañó en gran número, aunque sin visitantes. Desde el inicio, Gaiman tomó la iniciativa y mostró su mejor versión en el primer tiempo.
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El local golpeó primero gracias a su goleador. A los 14 minutos, Gustavo Schischke aprovechó un gran centro de Vázquez y definió de derecha al ángulo para poner el 1-0. El festejo fue con todo, porque el Rojinegro dominaba y parecía encaminado al triunfo.
Dolavon, sin embargo, nunca bajó los brazos. Ruiz y Huenchuleo tuvieron dos ocasiones claras antes del descanso, pero la pelota se negó a entrar. En el cierre de la etapa, el árbitro Lautaro Carro cobró un penal para la visita que pudo cambiar el rumbo.
El arquero Darío Krebs se hizo gigante y contuvo el remate de Ángel Ruiz. El penal, débil y previsible, fue contenido con solvencia por el capitán rojinegro, que mantuvo la ventaja para su equipo. Esa acción fue clave y levantó a la gente local.
En el complemento, el trámite se emparejó. Los cambios le dieron aire a ambos equipos, pero Dolavon empezó a presionar con más decisión. El ingreso de Gastón Cabezas cambió la dinámica del ataque verde.
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El empate llegó cuando el partido se moría. Cabezas ganó una pelota por la banda derecha, envió un centro rasante y Paul Cayunao apareció para empujarla en la línea. El festejo dolavense fue puro desahogo: el esfuerzo tenía recompensa.
Los minutos finales fueron intensos y llenos de nervios. Gaiman buscó volver a ponerse arriba, pero Dolavon resistió con orden. “Fue un clásico muy parejo, ninguno merecía irse con las manos vacías”, dijo un jugador visitante al terminar el partido.
El pitazo final selló un empate que dejó satisfechos a ambos. Gaiman lamentó las chances perdidas y el penal fallado; Dolavon celebró la reacción y el punto conseguido en terreno ajeno. En definitiva, el clásico valletano volvió a demostrar su magnetismo dentro del fútbol del valle.
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