Lula anunció el inicio de negociaciones con Estados Unidos para revisar los aranceles y sanciones

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, confirmó este domingo que su gobierno comenzará conversaciones formales con Estados Unidos para revisar los aranceles y sanciones impuestas por Washington en los últimos meses. El anuncio llegó tras una reunión de 45 minutos con el mandatario estadounidense, Donald Trump, celebrada en Kuala Lumpur, en el marco de la cumbre de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

En un mensaje publicado en la red social X, Lula destacó el tono positivo del encuentro, al señalar que “discutimos de manera franca y constructiva la agenda comercial y económica bilateral”. El líder brasileño agregó que “acordamos que nuestros equipos se reunirán de inmediato para avanzar en la búsqueda de soluciones a los aranceles y sanciones contra las autoridades brasileñas”, marcando el inicio de una nueva etapa de diálogo entre ambas potencias.

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El canciller Mauro Vieira explicó que la reunión fue “productiva” y que Trump manifestó su disposición a iniciar un proceso de negociación bilateral orientado a reducir las tensiones comerciales acumuladas durante los últimos años. Según adelantó, los mandatarios también analizaron la posibilidad de visitas recíprocas y de profundizar la cooperación en materia de energía y agricultura, dos áreas clave de la relación económica entre ambos países.

Antes del encuentro, Trump había adoptado un tono conciliador con la administración brasileña, al afirmar: “Creo que haremos un acuerdo con Brasil. Nos llevamos muy bien y tenemos mucho respeto por su presidente y por su país”. El comentario fue interpretado como un gesto de distensión, en contraste con la dureza de su política comercial durante su primera gestión.

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Fuentes diplomáticas indicaron que Lula aprovechó la reunión para ofrecer su mediación en los conflictos entre Washington y Venezuela, en medio de la creciente tensión en el Mar Caribe. El mandatario brasileño busca reposicionar a su país como un actor diplomático relevante en la región y promover soluciones políticas a las crisis hemisféricas.

El encuentro entre ambos líderes se produjo apenas dos días después de que Lula expresara su intención de “fortalecer la historia de más de dos siglos de relaciones diplomáticas entre Brasil y Estados Unidos”, destacando la necesidad de “defender los intereses del pueblo brasileño y lograr resultados positivos para ambas partes”.

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La agenda bilateral incluye temas sensibles, como los aranceles sobre el acero brasileño, las restricciones a la exportación de productos agrícolas y las sanciones impuestas a funcionarios sudamericanos durante las últimas administraciones en Washington. Para Brasil, la revisión de esas medidas representa una oportunidad estratégica para reimpulsar su comercio exterior y diversificar sus mercados en un contexto global de inestabilidad.

Lula y Trump coincidieron además en la importancia de restablecer un clima de confianza y cooperación, tras años de tensiones políticas y comerciales. Aunque no se abordaron cuestiones internas, el presidente estadounidense evitó responder preguntas sobre el expresidente Jair Bolsonaro, quien mantiene vínculos con su sector político.

Los equipos diplomáticos de ambos gobiernos iniciarán en las próximas semanas las primeras rondas técnicas de negociación, con la expectativa de alcanzar un acuerdo parcial antes de fin de año. Tanto en Brasilia como en Washington, la reunión fue interpretada como un primer paso hacia una redefinición del vínculo bilateral, que podría abrir una nueva etapa en la relación entre las dos mayores economías del continente.