
Una inteligencia artificial descubre trazos ajenos en una pintura de Rafael y reabre un debate histórico
Actualidad28/10/2025
Sergio Bustos
La tecnología volvió a poner en jaque a la historia del arte. Un equipo de científicos británicos y estadounidenses desarrolló una inteligencia artificial capaz de reconocer el estilo pictórico de Rafael con una precisión inédita. El modelo detectó trazos ajenos en una de sus obras más famosas: la “Madonna della Rosa”, conservada en el Museo del Prado.


El sistema, presentado en la revista Heritage Science, fue entrenado con imágenes de alta resolución de cuadros auténticos del pintor italiano. Mediante redes neuronales profundas, aprendió a identificar patrones de color, textura, luz y composición imposibles de captar a simple vista. El resultado fue contundente: una precisión del 98% para distinguir a Rafael de otros maestros.
Cuando el algoritmo analizó la “Madonna della Rosa”, los investigadores descubrieron algo que los expertos sospechaban desde hace más de un siglo. La Virgen, el Niño y San Juan reflejaban el trazo inconfundible del artista. Pero el rostro de San José no. Según el sistema, esa parte del lienzo solo tenía un 57% de probabilidad de haber sido pintada por Rafael.
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El hallazgo revivió la hipótesis de que un asistente de su taller, posiblemente Giulio Romano, colaboró en la obra. En el Renacimiento, era habitual que los grandes maestros delegaran partes de los encargos en sus discípulos, aunque la autoría seguía firmándose a su nombre.
El modelo, basado en la técnica de transfer learning, utilizó la red ResNet50, originalmente creada por Microsoft, y la adaptó para estudiar la estructura visual de cada pincelada. “La máquina no reemplaza al historiador, pero ofrece una nueva forma de mirar el arte”, afirmaron los autores del estudio.
El sistema también fue probado con copias, imitaciones y falsificaciones. En todos los casos acertó al diferenciar los originales de las réplicas, incluso cuando un artista contemporáneo intentó imitar el estilo del maestro.
La aplicación de inteligencia artificial en el arte abre un horizonte fascinante. Los expertos sostienen que estos modelos podrán servir para autenticar obras, descubrir falsificaciones y entender cómo evolucionaron los estilos pictóricos. También podrían usarse en restauraciones o para estudiar pigmentos y materiales antiguos sin dañar las piezas.
El caso de Rafael demuestra que la ciencia puede dialogar con la historia y reescribirla con precisión matemática. Una pincelada bastó para que la inteligencia artificial pusiera en duda siglos de certezas.















