Encuentro clave entre Di Carlo y Marcelo Gallardo en la antesala del superclásico

En Ezeiza tuvo un visitante inesperado pero clave para el presente de River. El flamante presidente, Stefano Di Carlo, llegó al River Camp para saludar al plantel y mantener su primera conversación formal con Marcelo Gallardo, en la antesala de un superclásico cargado de tensión y expectativas. Aunque el clima fue cordial, la situación deportiva del equipo tiñó el encuentro de cierta incomodidad.

La reunión entre el nuevo presidente y el histórico entrenador se desarrolló en absoluta reserva. Duró cerca de una hora y, según testigos, fue más profunda de lo que se esperaba. “Fue una charla sincera, con mucho respeto y preocupación por el momento del club”, confiaron desde el entorno dirigencial.

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Gallardo atraviesa una de las etapas más complicadas de su ciclo en River. Los resultados adversos y la posibilidad concreta de quedar afuera de la próxima Copa Libertadores encendieron las alarmas. El superclásico ante Boca podría determinar no solo su futuro inmediato, sino también el rumbo institucional del club.

Desde el oficialismo intentan sostener un discurso de unidad. “Confiamos en Marcelo y en su capacidad para dar vuelta esta situación”, habría expresado Di Carlo durante la charla. Sin embargo, las urgencias deportivas y el malestar de los hinchas condicionan cualquier mensaje de calma.

El presidente se mostró afable ante los jugadores y el cuerpo técnico, pero su visita tuvo un claro trasfondo político y deportivo. River no puede darse el lujo de cerrar el año sin objetivos cumplidos. El encuentro con Boca, dentro de cinco días, puede modificar todos los planes.

Las negociaciones por la renovación del contrato de Gallardo, que en otros años se resolvían sin apuro, quedaron en suspenso. Nadie dentro del club se anima a garantizar que el entrenador continúe en 2026. Por primera vez, su continuidad parece depender más de los resultados que de su voluntad.

En el círculo íntimo del DT admiten que el desgaste es real. Gallardo se muestra más distante y concentrado únicamente en el día a día del equipo. Algunos colaboradores creen que el Muñeco podría evaluar una salida anticipada si el contexto no mejora.

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El malestar también se trasladó a las tribunas. La derrota más reciente dejó un mensaje fuerte de los hinchas, que rompieron años de apoyo incondicional. El grito de “que se vayan todos” caló hondo en el vestuario y marcó un antes y un después.

Tras el encuentro, Di Carlo evitó declaraciones extensas. Se limitó a afirmar que “el vínculo con Marcelo es de respeto y diálogo constante”, mientras intentaba transmitir serenidad ante los medios. Aun así, su gesto serio al retirarse del predio reflejó la magnitud del momento.

El futuro de Gallardo está atado a los próximos dos partidos. Boca y Vélez serán los rivales que definirán si continúa el ciclo más exitoso de la historia reciente de River o si comienza una nueva etapa. En Núñez, todos saben que el tiempo ya empezó a correr.