El Gobierno instala un centro de auxilio en 9 de Julio por las inundaciones
Actualidad05/11/2025
REDACCIÓN
Inundación 9 de Julio (1)
El Gobierno nacional anunció que instalará un centro de operaciones en el municipio de 9 de Julio para auxiliar a las zonas rurales inundadas del noroeste bonaerense. La medida fue confirmada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, durante una conferencia de prensa en Casa Rosada.
“Vamos a poner recursos para abrir caminos e ir hasta las familias que están aisladas”, sostuvo la funcionaria, al detallar que se realizarán tareas de limpieza de zanjas, desagües y alcantarillas para garantizar la circulación en los accesos rurales.
El anuncio llega tras nueve meses de lluvias persistentes que mantienen bajo el agua a gran parte del distrito y a localidades vecinas. En la región ya se acumularon más de 2.000 milímetros de lluvia, más del doble del promedio histórico. El panorama es desolador: el 80% de la red vial rural está inutilizable, los campos permanecen anegados y muchos caminos resultan imposibles de transitar incluso con tractores.
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La situación se agravó en las últimas semanas, cuando los medios nacionales comenzaron a cubrir la emergencia. Las imágenes de familias aisladas y de maquinaria abandonada en el barro se repiten en toda la zona, donde el acceso a alimentos y medicamentos se vuelve cada día más difícil.
El impacto económico es severo. La siembra de trigo apenas cubrió el 30% de la superficie habitual y una parte de lo implantado se perdió. Las proyecciones para maíz y soja son igual de pesimistas: los lotes no pueden trabajarse, la fertilización quedó suspendida y la maquinaria no logra entrar.
La crisis financiera golpea fuerte. Se acumulan cheques rechazados, las cooperativas pierden liquidez y muchos arrendadores y pequeños productores quedaron sin ingresos tras perder las cosechas. Los granos almacenados en bolsones se pudren y la fauna silvestre agrava los daños.
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En lo social, varias familias rurales tuvieron que abandonar sus casas por el avance del agua. Algunas escuelas no dictan clases presenciales desde abril y el aislamiento se volvió parte de la rutina. “Vivimos esperando que alguien llegue con ayuda”, resumió una vecina de La Niña, una de las localidades más afectadas.
El Gobierno busca ahora reforzar la presencia estatal en la zona. El nuevo centro de operaciones coordinará las tareas de emergencia y el traslado de asistencia, mientras se planifica la recuperación de caminos y puentes rurales.
Sin embargo, el futuro sigue cargado de incertidumbre. No se prevé un descenso rápido del agua y todo indica que los efectos se prolongarán durante buena parte de 2026. La región, visibilizada por los medios y las redes, todavía espera respuestas estructurales a una crisis que ya lleva casi un año.
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