El acusado confesó haber planeado el femicidio de su pareja y relató detalles del hecho
Policiales11/11/2025
Ariel Gomez
Centro Judicial de Santa Rosa La Pampa
El juicio por el femicidio de Josefa Raquel Amaya comenzó en los tribunales de General Pico con la reproducción de la declaración del acusado, Fabricio Borges, quien admitió que había pensado el crimen “hacía rato”. En la sala 1, los jueces María José Gianinetto, Marcelo Pagano y Carlos Pellegrino escucharon los audios de su testimonio y las primeras declaraciones de testigos cercanos a la víctima.
El fiscal Guillermo Komarofky sostuvo que Borges asfixió a la mujer con una soga mientras dormía, en la madrugada del 28 de junio, dentro de la vivienda que ambos compartían en Monte Nievas, pese a que ya estaban separados. En la misma habitación dormía el hijo de la víctima, de ocho años. El funcionario calificó el hecho como un “homicidio doblemente agravado”, figura que prevé la única pena posible de prisión perpetua.
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Durante su exposición, Komarofky detalló que el acusado intentó ocultar el cuerpo en distintos lugares antes de abandonarlo en una zona rural próxima a Eduardo Castex. Primero habría salido hacia la ruta provincial 102, con la intención de descartar el cuerpo en un camino entre Trenel y Metileo, pero finalmente lo dejó en un campo cercano al sitio inicial.
En su declaración grabada, Borges dio detalles de la convivencia y de los conflictos con Amaya. “En esa noche, en un momento lo decido”, se lo escuchó decir en la audiencia. También reconoció el arma homicida cuando el fiscal le mostró la soga utilizada. “Lo que pasó no lo puedo negar”, afirmó ante los jueces, sin intentar desmentir su responsabilidad.
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La defensora oficial, Soledad Forte, sostuvo que el acusado tenía intención de admitir el hecho, aunque trató de justificar su conducta alegando malos tratos por parte de la víctima. En su versión, Borges intentó presentarse como víctima de violencia verbal y amenazas, argumento que la fiscalía consideró irrelevante ante las pruebas materiales y la gravedad del crimen.
Durante la jornada de ayer declararon dos vecinas y amigas de Amaya, además de una hermana de la víctima. Todas coincidieron en que la relación era conflictiva y una de ellas llegó a describirla como “tóxica, porque la vigilaba y amenazaba todo el tiempo.” Otra testigo contó que había advertido a la mujer que se fuera de la casa por temor a que Borges cumpliera con sus amenazas.
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Las testigos también relataron que el día del femicidio no pudieron contactarse con Amaya y que, al no obtener respuestas, decidieron llamar a la policía. Una de ellas recordó que encontró una sábana manchada con sangre en el patio de la casa, hecho que reforzó las sospechas iniciales.
La audiencia fue presenciada por alumnos de dos colegios secundarios, convocados por el Poder Judicial para promover la reflexión sobre la violencia de género y las consecuencias sociales de este tipo de crímenes. El juicio continuará con una segunda jornada en la que se prevé la declaración de peritos y efectivos policiales.
Fuente: Diario La Arena
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