Un caso de rabia en Madryn: síntomas en mascotas, personas y cómo prevenirla

La rabia continúa presente en distintos puntos del país y los equipos de salud recuerdan que se trata de una enfermedad viral grave, capaz de afectar a animales y humanos, con una letalidad cercana al cien por ciento cuando aparecen los síntomas clínicos. La presencia del virus en murciélagos mantiene activa la vigilancia sanitaria en varias provincias, donde los servicios de Zoonosis recomiendan sostener la vacunación en mascotas y evitar contactos directos con fauna silvestre.

En este escenario, el reciente caso detectado en un murciélago en Puerto Madryn volvió a poner en primer plano la necesidad de actuar rápido ante cualquier exposición, especialmente cuando se trata de perros o gatos que no tienen la vacuna al día. La confirmación del positivo llevó a un refuerzo de las acciones de control en el barrio donde apareció el ejemplar, lo que permitió actualizar recomendaciones y recordar pasos esenciales para la población.

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Si bien el municipio ya activó sus equipos para evaluar viviendas, registrar mascotas y aplicar vacunación en la zona delimitada, los especialistas insisten en que el eje central para la comunidad es la prevención, tanto dentro de los hogares como en los espacios públicos. “No se busca generar alarma, sino promover responsabilidad con la vacunación anual y la consulta inmediata ante mordeduras o contactos sospechosos”, remarcan desde los servicios sanitarios.

El virus se transmite por saliva infectada y el contagio ocurre sobre todo a través de mordeduras, aunque también puede producirse por contacto de saliva con heridas abiertas o mucosas. Esta vía hace que los murciélagos sean un reservorio relevante, ya que pueden contagiar a mascotas sin que el dueño advierta el momento del contacto.

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En animales domésticos, la prevención está al alcance de cualquier familia. Los veterinarios explican que la vacuna antirrábica es gratuita, obligatoria y constituye la herramienta más importante para evitar que perros y gatos adquieran el virus. La inmunización regular disminuye de manera drástica el riesgo de transmisión tanto hacia otros animales como hacia humanos.

Cuando una persona sufre una mordedura o posible exposición dentro de una vivienda, el accionar debe ser inmediato. Se recomienda lavar la herida durante varios minutos con agua y jabón y acudir sin demora a un centro de salud, donde se evaluará la necesidad de aplicar inmunoglobulina y comenzar el esquema de vacunación. “Las primeras horas son determinantes para la efectividad de la profilaxis”, destacan los profesionales.

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En humanos, los síntomas progresan en etapas y comienzan con fiebre, dolor de cabeza y malestar general. Si el cuadro avanza, aparecen signos más severos como ansiedad, confusión, espasmos al tragar, dificultad para respirar aire frío en el rostro, alucinaciones y parálisis parcial, un estadio en el que el tratamiento ya no resulta posible.

En animales, la rabia puede presentarse en dos formas. La variante furiosa genera agresividad, hiperactividad y salivación excesiva, mientras que la forma paralítica produce debilidad progresiva, falta de coordinación y parálisis. Ambas requieren atención veterinaria urgente y aislamiento del animal para reducir el riesgo comunitario.

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Las autoridades sanitarias recomiendan evitar la manipulación de murciélagos que aparezcan caídos, desorientados o con movimientos anormales. Reportar estos casos permite intervenir con personal capacitado y analizar si existe circulación viral en la zona. Cada aviso temprano fortalece la vigilancia epidemiológica y evita situaciones de riesgo innecesarias.

La vacunación preventiva en personas expuestas por su actividad —como personal veterinario o quienes trabajan con fauna silvestre— se mantiene como una práctica recomendada. La consigna general es clara: ante cualquier exposición, la respuesta debe ser inmediata y guiada por profesionales. La educación comunitaria y el cumplimiento de la vacunación anual continúan como pilares para reducir la presencia del virus.