La diabetes avanza en Argentina: cifras que alarman y hábitos que pueden reducir riesgos

La diabetes afecta hoy a más de 4,3 millones de adultos en Argentina y se consolida como una de las enfermedades crónicas de mayor impacto sanitario, según datos difundidos en el marco del Día Mundial de la Diabetes. La condición aparece cuando el organismo no utiliza de forma adecuada la insulina, hormona que regula la glucosa en sangre, lo que provoca niveles elevados de azúcar capaces de dañar órganos como el corazón, los riñones, los ojos y los pies si no se detecta a tiempo.

La especialista Valeria El Haj explicó que “existen distintos tipos de diabetes, siendo la tipo 2 la más frecuente”, asociada a hábitos poco saludables como el sedentarismo, el sobrepeso y dietas con exceso de azúcares simples. En ese sentido, enfatizó que una alimentación equilibrada y rutinas de movimiento pueden ayudar a prevenir el avance de la enfermedad o retrasar su aparición.

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Un informe difundido por entidades médicas subraya que el control periódico de la glucemia es uno de los pilares del tratamiento, junto con una planificación alimentaria adecuada. Recomiendan evitar productos ultraprocesados, moderar el consumo de bebidas azucaradas y priorizar frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y proteínas magras. También insisten en la importancia de los chequeos médicos y el seguimiento del pie diabético para anticipar complicaciones.

El rol de la educación aparece como un elemento central para mejorar la calidad de vida. “Una buena alimentación, el control regular de la glucemia, la actividad física y los chequeos médicos son pilares del tratamiento”, señaló la directora médica de Ospedyc, al remarcar que el manejo de la enfermedad requiere constancia y acompañamiento profesional.

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Desde el Colegio de Nutricionistas de Buenos Aires destacaron que la alimentación constituye una herramienta poderosa para reducir riesgos. La licenciada Victoria Núñez indicó que “no se trata de hacer dieta, sino de aprender a comer de forma equilibrada, consciente y sostenible en el tiempo”, un enfoque que busca mejorar hábitos y evitar que las personas abandonen los cambios incorporados.

Núñez también remarcó que comprender cómo influyen los alimentos en la glucemia, aprender a leer etiquetas y organizar las comidas permite tomar decisiones más acertadas. La educación nutricional personalizada puede transformar conductas y favorecer resultados más estables, sobre todo en personas con antecedentes familiares o diagnósticos recientes.

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El impacto de la diabetes no se limita solo al nivel de glucosa. La enfermedad también afecta la salud cardiovascular, renal y ocular, lo que vuelve aún más necesario un abordaje integral. Los especialistas afirman que una alimentación equilibrada protege el corazón, mejora la energía diaria y reduce el riesgo de infecciones o lesiones en los pies.

En esa línea, la prevención comienza en la mesa y se sostiene con hábitos cotidianos, desde la elección de alimentos frescos hasta la incorporación de actividad física regular. Los profesionales coinciden en que pequeños cambios pueden producir mejoras significativas cuando se sostienen en el tiempo y cuando existe un acompañamiento adecuado.

La educación, la conciencia social y el acceso a información confiable son herramientas que permiten construir un futuro más saludable para millones de personas, especialmente en un país donde la incidencia de la diabetes continúa en aumento y donde la población convive con factores de riesgo cada vez más frecuentes.