Escandalo: Escuela secreta en la mansión de Zuckerberg sacude a Palo Alto

Otros Temas17/11/2025REDACCIÓNREDACCIÓN
Escuela privada secreta
Escuela privada secreta

La filtración sobre la escuela que funcionó en la mansión de Mark Zuckerberg encendió a los vecinos de Crescent Park. La noticia recorrió Palo Alto y volvió a instalar el peso del fundador de Facebook en un barrio que ya venía cargado por años de obras, autos y guardias.

La institución, llamada Bicken Ben School, abrió en 2021 y operó casi cuatro años sin la autorización municipal exigida para cualquier actividad educativa. Medios como Wired y SFist detallaron que las clases avanzaron sin pausa mientras la familia ampliaba su gigantesco complejo.

Escuela privada secreta (1)

El predio fusiona al menos once casas y un búnker subterráneo, una estructura que alteró la vida de un vecindario acostumbrado a la calma. Desde 2011 conviven con ruido constante, tráfico inusual y presencia continua de seguridad privada.

La matrícula de la escuela osciló entre catorce y cuarenta chicos que llegaban y salían todos los días, lo que saturó calles y estacionamientos. Los residentes describieron una congestión que cambió la dinámica cotidiana y aceleró el desgaste del tejido barrial.


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“Nos sentimos ignorados por el municipio”, señalaron varios vecinos al recordar sus quejas desde 2019. La falta de reacción de las autoridades alimentó la idea de un trato preferencial hacia la familia más influyente de la zona.

Recién en marzo de 2025 el gobierno local ordenó el cierre de la institución antes del treinta de junio, aunque voceros del magnate comunicaron que solo la mudaron sin precisar adónde fue. Ese silencio profundizó la sospecha sobre el verdadero alcance del proyecto educativo.


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La escuela fue solo un capítulo de un conflicto más amplio que se extiende por casi una década. Las obras interminables y la expansión del complejo modificaron la estética y el ritmo del tradicional barrio californiano.

“Nos quedamos sin tranquilidad y sin respuestas”, comentaron residentes que ven una distancia creciente entre propietarios de alto perfil y la comunidad histórica. La tensión ya no gira solo en torno a la escuela, sino al poder que condensa cada decisión vinculada al complejo.

Aunque la familia intentó gestos de acercamiento con regalos y promesas para reducir el impacto, el enojo no bajó. Para muchos, Crescent Park se transformó en un ejemplo de cómo se desgastan las normas colectivas cuando el peso económico irrumpe sin límites.

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