Cayó la "Reina Blanca".
El operativo sacudió Cutral Có desde temprano. Los agentes del DFI entraron al barrio General San Martín con un despliegue que dejó sin margen de acción a la banda que manejaba armas y drogas al menudeo. La jefa, conocida como la “Reina Blanca”, intentó ocultarse en uno de los monoblocks, pero cayó en cuestión de minutos.
El caso se abrió gracias a una serie de avisos que enviaron vecinos hartos del clima violento que imponía el grupo. Las denuncias señalaban a una organización que intimidaba, armaba a delincuentes y controlaba el narcomenudeo de toda la zona. Esas alertas llegaron al fiscal jefe Gastón Liotard, quien encomendó la investigación a la PFA.
Los detectives siguieron un movimiento tras otro. Un flujo constante de visitas, idas repentinas y estancias cortas en departamentos del mismo complejo llamó la atención. Los agentes confirmaron la existencia de 18 unidades usadas para guardar armas, cocaína, marihuana y elementos que sostenían el negocio.
La estructura interna sorprendió a los investigadores. La “Reina Blanca” era la figura central. A su lado operaba un hombre que actuaba como su mano derecha. El resto cumplía tareas de vigilancia, distribución callejera, acopio y traslado de armamento, en un esquema que funcionaba día y noche.
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Con el mapa delictivo cerrado, la Justicia ordenó 18 allanamientos simultáneos. El despliegue reunió equipos tácticos, grupos de irrupción y personal antidrogas. Los operativos se concentraron en los monoblocks y en varias viviendas fuera del trazado urbano formal, donde la banda guardaba parte de su arsenal.
Las irrupciones fueron rápidas y coordinadas. Los agentes detuvieron a la cabecilla, a su mano derecha y a otros 23 integrantes: 12 hombres y 11 mujeres. Muchos de ellos tenían antecedentes por robos, amenazas y violencia local, lo que elevó el nivel de riesgo del operativo.
La escena dentro de los departamentos confirmó la magnitud de la banda. Se incautaron dosis de cocaína y marihuana listas para la venta, además de pistolas calibre 9 mm, un arma calibre 22, un revólver .38, un pistolón del 14 y más de 200 cartuchos. Había también cargadores, credenciales y documentación sensible.
Los agentes también secuestraron 41 celulares, un DVR con cámaras de vigilancia y $400.000 en billetes chicos. Para los investigadores, el dinero en baja denominación prueba la intensidad del narcomenudeo diario, que sostenía la economía del grupo.
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Uno de los elementos más llamativos apareció en la calle. El auto secuestrado tenía varios impactos de bala en la parte trasera. Los peritos creen que el vehículo participó de enfrentamientos entre bandas rivales, una pista que refuerza el poder de fuego que movía la organización.
La División Antidrogas Cipolletti participó con un can entrenado que detectó estupefacientes escondidos en doble fondos y espacios reducidos. Ese apoyo fue determinante para asegurar pruebas clave en distintos departamentos, algunas ocultas en lugares poco visibles.
Mientras avanzaban los allanamientos, varios vecinos se acercaron para observar el movimiento policial. Tras las detenciones, los 25 imputados quedaron a disposición del juez penal Ignacio Pombo, quien llevará adelante el proceso por infracción a la Ley de Armas y la Ley Nacional de Estupefacientes. La causa seguirá con análisis de teléfonos, balística y movimientos financieros, claves para cerrar el circuito completo.
Con la caída de la “Reina Blanca”, el barrio intenta recuperar otra vez el ritmo habitual.
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