72 años de Ferrocarril Patagónico: tradición y deporte al servicio de la comunidad

El Club Ferrocarril Patagónico atraviesa un nuevo aniversario que invita a revisar un recorrido lleno de esfuerzo, pertenencia y emoción compartida. La institución, nacida en los viejos galpones del ferrocarril, sostiene una identidad marcada por su origen obrero y comunitario. Esa raíz ferroviaria sigue presente en cada paso que el club da hacia el futuro.

La historia empezó en 1953, cuando un grupo de trabajadores del Ferrocarril Central del Chubut decidió crear un espacio que reuniera a las familias de la zona. Su intención era ofrecer un ámbito de encuentro donde la vida social pudiera crecer sin depender del ritmo laboral. De esa iniciativa surgió una institución que pronto se volvió un punto de referencia para toda la comunidad.

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En los primeros años, el fútbol ocupó un lugar central y se transformó en la disciplina más convocante. El título de la Liga del Valle obtenido en 1969 quedó registrado como un momento que marcó a varias generaciones. Para muchos socios, ese logro simboliza aún hoy el espíritu competitivo que caracteriza al club.

A comienzos de los ’80, la falta de recursos obligó a discontinuar la práctica del fútbol, lo que generó un vacío que se sintió en lo deportivo y en lo emocional. Sin embargo, ese cierre abrió la puerta a una reorganización interna que permitió explorar nuevas alternativas. Esa transición terminó por renovar la estructura del club y preparar el terreno para su siguiente etapa.

La reconstrucción institucional avanzó con obras fundamentales, entre ellas el techado de la sede, que cambió la dinámica cotidiana del lugar. La actividad de Pelota Paleta comenzó a crecer y atrajo a nuevas familias, fortaleciendo la vida social. Ese proceso de recuperación consolidó una base que todavía sostiene el funcionamiento actual.

El año 2012 marcó un punto de inflexión con la incorporación oficial del básquet. El debut ante Deportivo Madryn despertó entusiasmo, y el primer título llegó después de un período de trabajo intenso que sorprendió incluso a los propios jugadores. Desde ese momento, la disciplina se transformó en uno de los motores deportivos del club.

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El impulso del básquet favoreció la expansión hacia nuevas actividades, algo que permitió sumar a más deportistas de todas las edades. Con el tiempo, la oferta se diversificó al ritmo del crecimiento demográfico y el interés social. Esa multiplicidad fortaleció el rol del club como formador y generador de vínculos.

Hoy, la institución combina deporte, contención y participación comunitaria con una variedad de propuestas que incluye básquet, paleta, gimnasia, patín, natación, pádel y otras disciplinas. Cada espacio funciona como punto de encuentro entre socios, entrenadores y familias. Esa interacción diaria sostiene un sentido de pertenencia que atraviesa generaciones.

Bajo la presidencia de Ricardo Sales, Ferro experimenta un período de expansión que se refleja en obras, mejoras y nuevas iniciativas deportivas. La infraestructura crece para acompañar la demanda de una comunidad que se amplía año tras año. Ese presente sólido refuerza una identidad que se mantiene fiel a su espíritu ferroviario.

Lo que comenzó entre rieles y galpones se transformó en una institución que sigue avanzando con decisión y compromiso. Sus 72 años se celebran como un recorrido colectivo que combina tradición y proyección. Ferro continúa en movimiento, impulsado por la pasión que lo acompaña desde el primer día.