El sector pesquero volvió a reclamar por retenciones y pidió consenso político para aliviar costos

La conversación con Agustín de la Fuente, presidente de la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP), dejó en claro que la preocupación del sector permanece intacta y que la discusión por los derechos de exportación vuelve a ocupar el centro del debate. “Creemos y estamos convencidos que es algo totalmente distorsivo”, afirmó al describir el impacto que las retenciones tienen sobre la competitividad de las empresas. Explicó que el reclamo se sostiene desde hace años y que se intensificó al observar que otras actividades obtuvieron alivio fiscal mientras la pesca continúa bajo un esquema que considera injusto.

El dirigente detalló que enviaron notas a los legisladores que finalizan mandato y a quienes asumirán en diciembre, con el objetivo de que la quita de retenciones sea incorporada en la discusión presupuestaria. Contó que el gobernador planteó la necesidad de coordinar posiciones y que hubo reuniones preliminares, por lo que insistieron en que el planteo de la pesca forme parte de la agenda legislativa. “Era insistir y seguir machacando para que estas cosas se logren”, expresó al señalar que los pedidos del sector requieren constancia y articulación.

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La expectativa sobre una posible reforma impositiva también ocupó parte de la charla, aunque De la Fuente remarcó que todavía no hay definiciones. Recordó las gestiones del subsecretario de Pesca de la Nación, López Cazorla, pero reconoció que el sector se desgasta cuando no obtiene respuestas, sobre todo en un año complejo que dejó a muchas empresas con dificultades para sostener su actividad. “El sector está en una situación crítica”, señaló, al describir que cada decisión tributaria incide de manera directa en la cadena productiva.

El presidente de CAPIP explicó que la matriz exportadora promedio de la pesca aporta cerca de 2.000 millones de dólares al año, con un esquema donde se paga alrededor del 6% de derechos de exportación. Subrayó que se trata de una carga significativa para una industria que debe sostener inversiones permanentes en barcos, reparaciones y tecnología, ya que el valor agregado que exige el mercado internacional está ligado a procesos modernos y equipamiento actualizado. Además, recordó que los aranceles para ingresar a otros mercados no se modificaron, salvo el acuerdo parcial con Estados Unidos, lo que limita aún más la competitividad.

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Otro punto destacado fue la renovación de flota en Rawson, donde varias empresas trabajan con astilleros argentinos para construir embarcaciones nuevas. De la Fuente valoró que muchos proyectos estén en marcha y que la flota tenga estándares altos, aunque insistió en que las condiciones impositivas no acompañan el esfuerzo inversor. Consideró necesario que el sector reciba el mismo tratamiento que otras actividades productivas. “Necesitamos que nos hagan con el sector pesquero”, sostuvo al comparar la situación con decisiones tomadas en favor del sector petrolero.

El análisis incluyó la discusión legislativa pendiente y la necesidad de consensuar medidas con el Gobierno Nacional. De la Fuente recordó que hubo leyes sancionadas que no se implementaron, por lo que pidió cautela y coordinación antes de avanzar en cualquier cambio. Señaló que el diálogo debe ser amplio, que nadie tiene mayoría parlamentaria y que las economías regionales necesitan interlocutores que conozcan la actividad. “Hay que discutirlo”, planteó, al pedir un trabajo más profundo entre provincias, municipios y Nación.

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El dirigente remarcó que las empresas del sector también asumen responsabilidades cuando se trata de sostener empleo y producción. Valoró el rol del municipio y de la cooperativa de Rawson en temas vinculados a tarifas y servicios, y afirmó que la pesca mantiene una vocación histórica por invertir en equipos y modernización. Aun así, advirtió que los tributos locales deben revisarse con cuidado porque la presión fiscal condiciona decisiones operativas en un contexto de costos crecientes.

En medio de esa descripción, apareció un mensaje sobre el impacto emocional y económico que generaron los barcos parados durante el invierno. De la Fuente remarcó que la pesca es una actividad que sostiene a miles de familias y que el público a veces desconoce la estructura real del negocio. “No es tan sencillo”, dijo, al explicar que entre la captura, el procesamiento, la exportación y el cobro pueden pasar más de dos meses, un periodo donde cada costo suma presión sobre la empresa.

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El tramo final de la entrevista se enfocó en el valor del nuevo centro de formación CESMAR en Puerto Madryn, iniciativa impulsada por la Asociación de Capitanes y CESMAR. De la Fuente consideró que la propuesta tendrá un impacto profundo en la capacitación del personal y en la profesionalización del sector. “El recurso humano nunca va a dejar de ser primordial”, afirmó, y recordó que la educación técnica es central para cualquier proyecto que busque que la pesca tenga futuro. Comparó la experiencia con programas que conoció en Corrientes y celebró que Madryn pueda convertirse en referencia educativa para los oficios del mar.

El dirigente cerró con un mensaje vinculado a la necesidad de recuperar una mirada positiva sobre la actividad. Recordó que durante mucho tiempo la sociedad estuvo “de espaldas al mar” y que eso impactó en la comprensión de las dinámicas productivas. Llamó a promover debates públicos y a sostener un trabajo permanente para que las decisiones sobre el sector se construyan con conocimiento, diálogo y realismo. “Trabajar para que esto sea una agenda muy positiva”, dijo, antes de agradecer y despedirse.