Un encuentro multitudinario de rugby infantil transformó la playa de Madryn en una fiesta deportiva

La tercera edición del Lobo Beach llevó a la costa de Puerto Madryn una energía que mezcló juegos, entusiasmo y pertenencia comunitaria, mientras casi 500 chicos disfrutaron de una jornada dedicada al rugby infantil. La actividad, impulsada por el Puerto Madryn Rugby Club, convocó a equipos de diferentes puntos de la región y generó un movimiento que superó lo estrictamente deportivo, ya que la playa se convirtió en un punto de encuentro para cientos de familias que acompañaron la propuesta desde temprano.

El club anfitrión destacó que el espíritu del evento volvió a centrarse en la inclusión y la convivencia. “Nos da mucha felicidad poder organizar este tipo de encuentros en la playa porque, además de los chicos, hay familias que disfrutan el día, la ciudad y el deporte”, expresaron los organizadores, quienes remarcaron que cada año la participación crece y consolida un calendario que ya es esperado dentro del rugby infantil de la zona.

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La edición de este año sumó un acontecimiento especial: la primera visita del histórico Argentino de Bahía Blanca, una institución con la que el club madrynense mantiene un vínculo permanente a través de viajes y entrenamientos compartidos. El recibimiento se organizó de manera colectiva: los jugadores más chicos durmieron en los dormis del club, mientras que los mayores se alojaron en casas de familia, lo que fortaleció aún más el clima de amistad que rodeó al evento.

A lo largo del día, la playa se llenó de color con delegaciones provenientes de la Unión de Rugby del Valle del Chubut, equipos de Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia, además del invitado bonaerense. Entre partidos, charlas y descansos frente al mar, cada grupo celebró el objetivo principal del encuentro: que los chicos encuentren felicidad en el deporte que eligieron practicar. La propuesta integró a entrenadores, madres, padres y dirigentes que acompañaron desde la organización hasta la logística general.

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Desde el Puerto Madryn Rugby Club remarcaron que el valor del Lobo Beach trasciende el juego y se enlaza con un modo de construir comunidad. “Lo que buscamos es que todos los chicos se diviertan y vivan un día distinto en la playa”, señalaron. Ese espíritu fue visible en el intercambio entre clubes, el compañerismo entre los grupos y el entusiasmo con el que cada categoría compartió la cancha improvisada junto al mar.

Con el correr de las ediciones, el encuentro reforzó su lugar como cita obligada para el rugby infantil patagónico. Las delegaciones visitantes destacaron la recepción, la organización en equipo y la calidez local, mientras que los anfitriones celebraron la posibilidad de fortalecer vínculos que unen a las instituciones del sur y proyectan actividades futuras. La jornada cerró con agradecimientos colectivos y la sensación compartida de haber vivido un día que combinó deporte, playa y comunidad bajo el mismo horizonte.