Mujer secuestrada, atada y arrojada en la costa por un presunto ajuste de cuentas narco

El procedimiento policial comenzó luego de que un equipo médico solicitara presencia de uniformados por un aviso radial que describía a una mujer retenida contra su voluntad en un sector cercano a la bomba de CARSA y la Cueva de Los Leones. Los agentes confirmaron que la víctima tenía las manos atadas y procedieron a asistirla antes de iniciar las actuaciones judiciales correspondientes.

Según su relato inicial, el episodio se originó alrededor de dos horas antes del hallazgo, mientras caminaba en una zona próxima a la cancha de Juniors. La mujer afirmó que “dos hombres descendieron de un vehículo blanco” y la obligaron a subir, sin ofrecer mayores detalles sobre el rodado ni sobre los agresores. El traslado continuó hasta la franja costera, donde quedó atada y sin posibilidad de desplazarse por sus propios medios.

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Durante la entrevista, la mujer añadió que el ataque podría estar vinculado a una situación que involucraría a su pareja, relacionada con deudas por drogas. Esa declaración quedó incorporada a la etapa preliminar de la investigación, sin que por el momento se haya confirmado ningún elemento adicional sobre ese punto.

Una ambulancia la trasladó al hospital local para su atención médica, mientras el personal policial realizó una revisión del sector donde fue encontrada. Se efectuó una inspección ocular del terreno y se registraron los accesos cercanos, en búsqueda de indicios que permitan reconstruir el trayecto del vehículo señalado por la víctima.

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Fuentes oficiales informaron a La Opinión Austral que la causa quedó bajo conocimiento del Juzgado de Instrucción y Penal Juvenil Nº 1 de Puerto Deseado, que dispuso las primeras diligencias. También intervino la División de Investigaciones (DDI), encargada de continuar con las tareas en la zona y recolectar información que pueda ser útil para el expediente.

La investigación permanece en curso y las autoridades no difundieron datos adicionales sobre el vehículo mencionado ni sobre la identidad de los agresores.

Fuente: La Opinión Austral