Cierran el operativo de búsqueda del joven argentino desaparecido en la costa chilena

El operativo para dar con el paradero de Alejandro Cabrera Iturriaga llegó a su punto final después de una semana marcada por patrullajes intensos y un despliegue que abarcó aire, mar y tierra. Las autoridades confirmaron que este lunes al mediodía se daría por concluida la búsqueda activa, una decisión tomada tras días sin resultados, pese a la intervención de equipos especializados y voluntarios de diferentes sectores de Coquimbo y La Serena.

En medio de esa resolución, la familia del joven sanjuanino llevó adelante una despedida simbólica frente al mar. Padres y hermanos encendieron velas, colocaron fotografías y arrojaron flores al agua, en un gesto acompañado por vecinos, amigos y personas que se acercaron para ofrecer apoyo. La ceremonia ocurrió en el mismo punto donde el adolescente fue visto por última vez, acompañado por un grupo de jóvenes que sí lograron regresar.

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El capitán de Puerto de Coquimbo, Daniel Sarzosa, explicó que “la esperanza razonable de encontrar a Alejandro con vida, ya, digamos, no es posible”, una frase que resumió la evaluación técnica de los equipos de rescate. El oficial señaló que la familia “entendió la situación y agradece enormemente todo lo que se ha realizado”, una expresión que buscó poner en contexto el esfuerzo sostenido durante siete días de operativo.

Horas antes, los equipos habían retirado el campamento que funcionó como base de mando en el sector conocido como Cuatro Esquinas. La Armada mantuvo el trabajo con la lancha de servicio general Coquimbo y grupos de buceo, mientras otras unidades recorrían la zona con patrullas aleatorias. La decisión de desmontar la estructura respondió a razones operativas, aunque los monitoreos continuaron mediante recorridas regulares.

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El despliegue incluyó una cantidad inusual de recursos técnicos. En los operativos participaron cerca de 25 embarcaciones, drones, una aeronave institucional y dos patrulleras marítimas, entre ellas la lancha Arcángel, utilizada como plataforma para operar un robot submarino. La coordinación sumó a pescadores de la Caleta de Peñuelas y de la Asociación Gremial de Macheros, que aportaron 28 botes y 56 buzos para cubrir el tramo entre Punta Teatinos y la caleta.

La desaparición del joven se produjo en un sector conocido por sus cambios abruptos en la marea. Cabrera Iturriaga se había arrojado al mar con un grupo integrado por hermanos y primos, todos argentinos radicados en Chile. Los cinco fueron arrastrados por la corriente y no lograron regresar por sus propios medios. Solo cuatro pudieron ser rescatados gracias a la intervención de un vecino que pasaba por la zona.

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El hombre fue identificado como Francisco Boldo, obrero de la construcción, cuya acción quedó registrada en videos difundidos en redes y medios locales. “Nado desde chico y participé en campeonatos; cuando vi a esa madre desesperada no dudé en sacarme la ropa y meterme para ayudar”, relató a Radio Nihuil según Diario UNO. El rescatista contó que logró asistir a los primeros jóvenes y reanimar a uno que ya estaba sin reacción, antes de volver al agua para asistir a los demás.

El relato del propio Boldo refleja la tensión del momento. “El otro se me escurrió de las manos, se me salió de control…”, expresó al recordar el intento por alcanzar al quinto joven, una situación que lo marcó profundamente. El obrero afirmó que en los últimos meses ayudó a más de diez personas en esa misma zona, donde las corrientes suelen cambiar con velocidad y sorprenden a quienes no conocen el comportamiento del mar.

Fuente: LA NACIÓN.