Nuevos allanamientos revelan actividad narco en una vivienda previamente clausurada

Las actuaciones de la División Antinarcóticos Cutral Co volvieron a realizarse en dos sectores de Plaza Huincul, donde el personal especializado llevó adelante procedimientos simultáneos orientados a interrumpir la comercialización de estupefacientes. El operativo se desplegó en el barrio Otaño, con equipos que ingresaron a viviendas señaladas en una causa previa y que arrastraban antecedentes por movimientos compatibles con la venta de drogas. Esa intervención permitió reunir elementos considerados relevantes para sostener la investigación.

Durante los procedimientos, los agentes incautaron clorhidrato de cocaína, cannabis sativa, dinero en efectivo presuntamente vinculado a operaciones ilegales, teléfonos celulares y otros objetos de interés. Una de las viviendas terminó nuevamente clausurada de manera preventiva, ya que figuraba en el expediente como un espacio destinado exclusivamente a la comercialización de sustancias. La medida se produjo en un contexto donde Antinarcóticos mantenía tareas de seguimiento desde hacía varias semanas.

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Según informó la fuerza, la investigación tomó impulso cuando efectivos detectaron movimientos sospechosos en un domicilio cuyo cierre había sido ordenado por el Ministerio Público Fiscal el 14 de noviembre. El inmueble conservaba fajas de seguridad, pero el registro policial indicó que los investigados retiraron ese resguardo y continuaron con la actividad ilícita, lo que obligó a profundizar la pesquisa y a solicitar nuevas medidas para verificar el estado del lugar.

Ante esa constatación, la Unidad Fiscal de Cutral Co ordenó actuaciones adicionales y requirió allanamientos para restablecer la clausura del inmueble. La sospecha principal apuntaba a que la vivienda funcionaba como punto de venta, mientras que un segundo domicilio mantenía una relación directa con el anterior por ser el lugar de residencia de los investigados. La información reunida por el personal policial delineó esa conexión operativa entre ambas direcciones.

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El segundo allanamiento se enfocó en obtener elementos que confirmaran ese vínculo y que permitieran reconstruir la estructura que sostenía la presunta actividad delictiva. Aunque el informe oficial no incluyó textuales de los funcionarios intervinientes, sí detalló que el objetivo de la medida consistió en intervenir los espacios donde se movilizaba la mercadería y donde convivían quienes figuraban en la causa. La coordinación entre equipos de Cutral Co y Plaza Huincul aportó datos para proyectar los próximos pasos judiciales.

Durante las tareas, los uniformados realizaron un registro minucioso que abarcó habitaciones, accesos laterales, zonas de guardado y sectores utilizados para almacenar sustancias. El secuestro de dinero en billetes de distinta denominación y de teléfonos celulares reforzó la hipótesis de funcionamiento activo de un punto de venta, siempre bajo supervisión fiscal. Esos indicios quedaron incorporados a la causa como parte del análisis posterior.

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Antinarcóticos también subrayó la reiteración de maniobras en inmuebles previamente clausurados, lo que planteó la necesidad de revisar los controles sobre viviendas empleadas como puntos de expendio. La continuidad de la actividad luego de medidas formales se convirtió en un elemento que la fuerza policial sumó a sus informes para fundamentar futuras solicitudes judiciales. La clausura preventiva buscó impedir nuevos movimientos mientras se evaluaba el avance de la causa.