Kueider, el senador expulsado por corrupción, culpa a la boleta única por su caída

Edgardo Kueider atraviesa el momento más crítico de su carrera política. A un año de haber sido arrestado con una suma millonaria no declarada en el Puente de la Amistad, el ex senador entrerriano —expulsado del Congreso por inhabilidad moral— se encamina hacia un juicio por contrabando de divisas. Desde su arresto domiciliario en Asunción insiste en que su “desgracia” se explica por haber promovido la Boleta Única de Papel, que el oficialismo considera clave para su victoria electoral.

La noche del triunfo de La Libertad Avanza, el 26 de octubre, Kueider publicó un mensaje en redes sociales atribuyendo su situación judicial a represalias políticas. “Los costos de haber impulsado iniciativas más transparentes hoy se expresan en causas inventadas”, escribió, defendiendo además haber sido uno de los motores de la implementación del nuevo sistema de votación. En privado, según supo NA, dijo sentirse “orgulloso” del cambio institucional introducido.

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Detenido desde el 4 de diciembre de 2024, el ex legislador fue sorprendido cuando agentes tributarios paraguayos hallaron más de 211 mil dólares, 640 mil guaraníes y unos 4 millones de pesos ocultos en una Chevrolet Trailblazer que viajaba desde Foz do Iguazú hacia Ciudad del Este. El dinero no estaba declarado, el vehículo no era suyo y la explicación sobre el origen de los fondos nunca resultó convincente.

Kueider no viajaba solo: lo acompañaba Iara Guinsel Costa, ex secretaria de su despacho. Ambos aseguraron que el dinero provenía de supuestos negocios de intermediación, pero el Ministerio Público de Paraguay los imputó por contrabando en grado de tentativa, delito que prevé hasta dos años y medio de prisión. La Justicia les concedió arresto domiciliario, primero en un departamento de lujo y luego en otra vivienda donde aguardan el juicio que comenzará el 20 de abril de 2026.

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El escándalo tuvo consecuencias inmediatas en Argentina. El Senado lo expulsó con más de dos tercios de los votos y clausuró su oficina. Al mismo tiempo, en el país avanzan dos causas por enriquecimiento ilícito: una en San Isidro, bajo la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, y otra en Entre Ríos, a cargo del magistrado Ives Bastián. Una disputa por la competencia llegó incluso a la Corte Suprema, que deberá resolver dónde continuará la investigación.

Arroyo Salgado pidió su extradición ante lo que considera una trama más amplia. La jueza sospecha de vínculos entre Kueider y Enersa, la distribuidora eléctrica provincial, y cree que los dólares incautados podrían estar conectados a un circuito de coimas y retornos ligados a contratos de seguridad. Paraguay rechazó inicialmente el pedido, y solo lo revisará una vez concluido el proceso por contrabando.

Mientras acumula frentes judiciales, Kueider mantiene su discurso de persecución política y se aferra a la narrativa de que su promoción de la Boleta Única desencadenó una ofensiva en su contra. Pero los cargos que enfrenta, la magnitud del dinero incautado y la caída estrepitosa de su carrera lo sitúan cada vez más cerca de una definición judicial que podría sellar su futuro político y personal.