La Laguna Chiquichano revive más rápido de lo esperado y sorprende con el regreso masivo de aves

La Laguna Cacique Chiquichano atraviesa un proceso de recuperación ambiental que avanza con mayor velocidad que la prevista, con señales que se volvieron visibles en los últimos días tras la confirmación del regreso de flamencos y otras aves acuáticas. La presencia de estas especies recuperó el paisaje habitual del espejo de agua y marcó un cambio positivo luego del impacto generado por el derrame de efluentes industriales registrado hace más de tres meses.

El biólogo Gonzalo Herrera explicó que la mejora en la calidad del agua impulsó la vuelta de aves que dependen del fitoplancton y de pequeños organismos para alimentarse, un indicador clave para evaluar la salud del ecosistema. El especialista señaló que los monitoreos recientes revelaron una buena cantidad de algas microscópicas tanto en la columna de agua como en el fondo, lo que permite restablecer la cadena alimenticia.

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Herrera remarcó que los estudios muestran la reaparición de anfípodos, copépodos y diversos crustáceos diminutos que sostienen la alimentación de flamencos y patos, elementos que anticipan una recuperación sostenida. “Volvieron a aparecer organismos que forman parte de la dieta de las aves, y esa es una de las razones por las que regresan”, afirmó.

El investigador destacó además que el proceso fue más veloz que en episodios anteriores, cuando las intervenciones fueron menores y la recuperación llevó más tiempo. Valoró el trabajo conjunto de la Municipalidad y el Instituto Provincial del Agua, que modificaron el volumen del cuerpo de agua para acelerar el saneamiento y mejorar su circulación interna.

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La laguna volvió a poblarse de gansos, gallaretas, patos, zambullidores, biguás y algunas garzas, especies que suelen ocupar el humedal y que habían reducido notablemente su presencia tras la contaminación. Herrera describió que la ausencia de aves generaba un paisaje vacío y silencioso, mientras que su regreso restauró la dinámica natural del ambiente, un símbolo tangible de la mejora ecológica.

Respecto del origen del daño, el biólogo recordó que se trató de efluentes industriales sin tratamiento provenientes del parque industrial pesado, un compuesto nocivo para la fauna que alteró la estructura biológica del humedal. Subrayó que este tipo de episodios expone la fragilidad de los ecosistemas cuando existe intervención humana, especialmente en zonas urbanas que dependen del equilibrio hídrico.

Herrera señaló la importancia de la participación social en los procesos ambientales y pidió que la comunidad se mantenga atenta a los estudios de impacto y a los controles públicos. “La dimensión social también define la viabilidad de un proyecto”, concluyó, al remarcar que el compromiso ciudadano contribuye a prevenir nuevos daños y a sostener la recuperación alcanzada.

Fuente: El Chubut