Puerto Piramides.
“Durante el fin de semana largo nos visitaron 3.100 personas; se traduce en un 200% más que en la misma fecha del año anterior. El camping está prácticamente completo hasta mediados de febrero”, resumieron desde el municipio, con satisfacción por el movimiento que genera la temporada y también con la mirada puesta en los servicios.
El dato golpea de entrada: la localidad duplica largamente el flujo turístico del año pasado en la misma fecha y sostiene la ocupación con un camping que casi no tiene lugar libre. Comercios, prestadores náuticos y gastronómicos sienten el impacto en las cajas desde principios del verano.
El otro dato, igual de fuerte, llega desde el sistema de agua potable. “La planta Desalinizadora aún no puede producir al 100% por eso nos seguimos reforzando con camiones. La limitación es la falta de cisterna”, explicaron. La infraestructura empuja al límite una operación que necesita precisión diaria.
Hoy, de 100 m³ que ingresa al sistema sólo el 40% se puede tratar y el otro 60% vuelve al mar, porque así funciona el esquema de ósmosis inversa sin la cisterna que falta. El agua que sí llega a la red se sostiene con el refuerzo constante de camiones que suben y bajan del muelle y de la ruta.
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En ese contexto, el municipio ajusta la logística. Los camiones cisterna se convierten en parte del paisaje cotidiano y las autoridades repiten el pedido de cuidado en cada contacto con turistas y vecinos. El objetivo es claro: que nadie se quede sin agua en pleno pico de ocupación.
Mientras tanto, la naturaleza hace su parte y empuja la demanda. “La temporada de ballenas fue superior a la anterior. Hoy tenemos unas 900 camas disponibles en la localidad y para el verano contaremos con nuevos agentes municipales para gestiones de control”, señalaron desde Turismo.
La combinación de fauna, servicios y promoción consolida a Puerto Pirámides como puerta de entrada a Península Valdés. Las 900 camas disponibles marcan un salto en la oferta alojativa, desde hostels y aparts hasta cabañas y camping, con reservas que se extienden varias semanas.
Para el verano, el municipio sumará más agentes en la calle para reforzar controles y atención al visitante, con foco en alojamiento informal, tránsito y uso responsable de los servicios públicos. La idea es ordenar una temporada que ya muestra números altos y presión sobre la infraestructura.
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En paralelo, los prestadores destacan que la demanda de salidas náuticas se mantiene firme. La buena temporada de avistaje se traduce en más excursiones, más empleo y más consumo local, en una localidad que depende del turismo como motor principal de su economía.
El equilibrio, por ahora frágil, pasa por mantener el ritmo turístico sin desbordar los servicios. El verano promete récord de visitantes y el agua marca el límite de un modelo que necesita obras urgentes, con la planta desalinizadora como pieza central de la agenda pública que viene.
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Sergio Bustos
Turismo11/12/2025
