El presente irregular de Paulo Dybala en Roma abre una posibilidad concreta para Boca.
La situación contractual de Paulo Dybala en Roma volvió a poner a Boca en el centro de la escena. El delantero atraviesa un momento complejo, con pocos minutos y varias lesiones recientes. Además, la dirigencia italiana todavía no inició charlas para renovar su vínculo.
El contrato de Dybala finaliza en junio de 2026 y hoy su continuidad no está asegurada. Según medios italianos, no existen negociaciones formales para extenderlo. Ese contexto alimenta expectativas en el club de la Ribera.
En Boca reconocen que la posibilidad dejó de ser una fantasía lejana. Marcelo Delgado fue claro al expresar el deseo dirigencial. “Es un sueño y una ilusión”, afirmó el integrante del Consejo de Fútbol.
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El Xeneize ya realizó contactos informales con el entorno del jugador. El objetivo fue conocer su predisposición ante un posible regreso al país. Por ahora, la postura es de cautela y espera.
El plan inicial apunta a mitad del próximo año, cuando quede libre. Sin embargo, no se descarta un adelanto si su situación deportiva no mejora. Juan Román Riquelme sueña con tenerlo desde el arranque continental.
Boca no tiene intención de comprar el pase ni afrontar cifras europeas. La estrategia pasa por una salida negociada del futbolista. Luego, el club haría una propuesta acorde al contexto local.
En Brandsen 805 saben que el aspecto salarial será determinante. Dybala debería resignar ingresos para jugar en Argentina. El antecedente de Leandro Paredes marca un camino posible.
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El propio Delgado volvió a referirse públicamente al tema en las últimas horas. “Ojalá podamos hacer el esfuerzo”, señaló el Chelo. También recordó que el contrato del cordobés sigue vigente.
El presente deportivo del atacante en Roma explica el cambio de escenario. Fue suplente por cuarto partido consecutivo y ni siquiera ingresó ante Como. Las decisiones técnicas profundizaron las dudas.
Sus números recientes reflejan el impacto de las lesiones y la falta de continuidad. Jugó 13 partidos en el semestre, con dos goles y una asistencia. Boca observa atento, convencido de que la chance existe.
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