Irán ejecutó a un hombre condenado por espionaje y profundiza la tensión con Israel

La República Islámica de Irán informó la ejecución de un hombre condenado por espionaje a favor de Israel, según comunicó el órgano de prensa del Poder Judicial. La medida se concretó luego de que la sentencia quedara firme tras la revisión del máximo tribunal del país. De acuerdo con la información oficial difundida por la agencia Mizan, la pena de muerte aplicada a Aghil Keshavarz se ejecutó “tras ser confirmada por el Tribunal Supremo y tras concluir los procedimientos legales”. El comunicado detalló los cargos que pesaban sobre el condenado.

La Justicia iraní sostuvo que Keshavarz fue declarado culpable de “espionaje a favor del régimen sionista, de comunicación y cooperación con el régimen, y de tomar fotos de instalaciones militares y de seguridad”. Esos elementos, según el fallo, fundamentaron la condena capital.

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Las autoridades indicaron que el acusado fue detenido en mayo pasado en la ciudad de Urumía, ubicada en el noroeste del país. En ese momento, agentes de seguridad lo sorprendieron tomando imágenes del cuartel general de una división de infantería, un hecho que activó la investigación penal. Según la versión judicial, el hombre aseguró que había viajado a Urumía para participar de un congreso científico. Sin embargo, durante el análisis de su teléfono móvil, los investigadores detectaron un mensaje procedente de un número vinculado a Israel y de un usuario identificado como “Osher”.

El Poder Judicial agregó que “posteriormente, en el registro de su lugar de residencia se obtuvieron más documentos y pruebas”, lo que reforzó la hipótesis acusatoria. Esos materiales fueron incorporados al expediente como sustento de la imputación.

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En el marco del proceso, las autoridades señalaron que el condenado admitió en sus confesiones haber colaborado con los servicios de inteligencia israelíes. Según el comunicado oficial, lo hizo “con la intención de dañar a la República Islámica y de proporcionarles información del país”.

El caso se inscribe en un contexto de creciente tensión entre Irán e Israel, con acusaciones cruzadas y episodios de confrontación indirecta. Desde junio, tras los enfrentamientos conocidos como la “Guerra de los 12 Días”, el Poder Judicial iraní informó una serie de condenas por espionaje.

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De acuerdo con los datos difundidos por las autoridades, 16 personas acusadas de espiar para Israel fueron ejecutadas desde ese período. El organismo judicial precisó que la primera ejecución se produjo incluso antes de que finalizaran los enfrentamientos, lo que muestra la rapidez con la que se aplicaron las sentencias.