

Djibril Cissé, exjugador francés y mundialista en 2002 y 2010, realizó fuertes declaraciones contra Argentina. Tras la final de Qatar 2022, aseguró que “siente mucho odio hacia los argentinos”. Sus palabras generaron un gran repudio en redes sociales.


El exdelantero recordó el duelo decisivo en Lusail que terminó en victoria argentina por penales. Según Cissé, esa derrota dejó heridas abiertas. “Claramente, hoy son nuestro principal enemigo”, afirmó en tono polémico.
El exfutbolista no ocultó sus intenciones de revancha en el futuro. Señaló la Copa del Mundo 2026 como posible escenario para ajustar cuentas. “Quiero conseguir la tercera estrella en el último partido de Messi en el Mundial”, expresó.
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También apuntó contra Enzo Fernández, mediocampista del Chelsea. El jugador argentino había compartido un video con cánticos racistas y homofóbicos hacia franceses. Cissé expresó incredulidad por cómo se perdonó la situación.
El exatacante nació en Arlés y debutó en el AJ Auxerre en 1998. Luego jugó en Liverpool, Olympique de Marsella y Lazio. Fue convocado varias veces al seleccionado mayor de Francia.
Sus declaraciones reavivan viejas tensiones entre aficionados de ambos países. Los comentarios sobre Messi y Enzo Fernández generaron indignación inmediata. El exjugador no ofreció disculpas hasta el momento.
Cissé tiene un historial polémico fuera de las canchas. Entre los incidentes destacan un arresto por agresión a un menor en 2005 y discusiones familiares en 2006. También se le vinculó a un intento de agresión en Newcastle.
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La reacción en redes sociales fue inmediata y crítica. Usuarios repudiaron el lenguaje y la actitud del exfutbolista. Se reavivó el debate sobre respeto y rivalidad deportiva.
El exdelantero mantiene su postura a pesar de la polémica generada. Sus declaraciones reflejan resentimiento por la derrota de Francia en 2022. El Mundial 2026 aparece como un posible escenario de revancha según sus palabras.
La polémica abre un nuevo capítulo en la relación futbolística entre Francia y Argentina. Fans y medios europeos y sudamericanos reaccionan a sus comentarios. El episodio demuestra que las rivalidades deportivas pueden generar conflictos incluso años después.

















