“LA GENTE QUE SE VA DE LA MESETA NO VUELVE; Y LOS QUE ESTÁN, VIVEN AISLADOS”

Lo planteó Antonio Martínez, actual habitante de Gastre y oriundo de la región. Describió el pano...

Actualidad 22 de septiembre de 2020 Roxana Etcheverry

Lo planteó Antonio Martínez, actual habitante de Gastre y oriundo de la región. Describió el panorama de la zona y la decaída producción ganadera por falta de infraestructura y de renovación generacional a causa de la emigración constante de los jóvenes.




Antonio Martínez, actual habitante de Gastre, en la Meseta Central del Chubut, describió el aislamiento de la región y el creciente despoblamiento como consecuencia directa de la falta de infraestructura y de condiciones que garanticen la satisfacción de las necesidades básicas.

En este sentido, Martínez cuestionó a quienes afirman que la Meseta no debe ser “zona de sacrificio”: “¿De qué sacrificio hablan? Capaz que nunca estuvieron en una nevada, encajados en el medio de la ruta durante 3 días, mojados. Porque pasa eso. Yo las he pasado. Tenés que saber para dónde ir. Acá no es fácil andar. Son muy grandes las distancias. Acá la tierra sobra, pero no alcanza”.


En una entrevista concedida a LU20 Radio Chubut, Martínez graficó que la Meseta es diversa desde el punto de vista territorial y que, en general, la actividad ganadera que se ha desarrollado en los últimos años sufre una grave crisis por la misma falta de infraestructura que genera la emigración de los jóvenes. Nacido en Las Plumas y criado en la zona de El Escorial, Departamento de Paso de Indios, donde vivió hasta los 18 años, Martínez se fue de la zona, estudió y hace dos años “elegí vivir en Gastre”, comentó.

“En el 1994 o 95 me fui de la zona. De donde yo era no queda gente. Los campos están casi todos cerrados, en El Escorial y en El Mirasol. Está tendiendo a desaparecer la población y, por ende, las aldeas y los pueblos. Han cerrado los albergues y los internados. La gente se ha ido porque ha buscado otros horizontes”, describió.

“Son zonas muy aisladas”


Acerca de las razones de la emigración indicó: “Se van por falta de infraestructura, de comunicación. La persona que se va después no vuelve. Son zonas muy aisladas, y la gente que tiene la posibilidad se va. Acá no tenemos algo que mueva a la región. De la ganadería queda muy poca, la mayoría son minifundistas”, explicó.

Por ejemplo, dijo, “si tuviéramos una zona rural con Internet, rutas asfaltadas, un banco… Hay que hacer 300 kilómetros para ir a un banco; una clínica privada, un lugar para hacer una carrera terciaria. Así la gente quizás no se iría. O se iría con otra formación”.

“No hay infraestructura”


Acerca de la diversidad de la Meseta, Martínez graficó: “Estamos a 100 kilómetros y Paso del Sapo tiene un valle. Acá (Gastre) es una zona muy agreste, muy seca. No es lo mismo estar en la Meseta dos días que vivir acá. Hace 3 días teníamos vientos de 130 kilómetros por hora, con ceniza, con tierra, con 5 grados bajo cero, sin señal de teléfono, sin gas”.

“Esa es la explicación de por qué la gente se va. No hay infraestructura”, insistió. Y finalizó: “Mucha gente dice que la Meseta no es zona de sacrificio. ¿De qué sacrificio hablan? Capaz que nunca estuvieron en una nevada, encajados en el medio de la ruta durante 3 días, mojados. Porque pasa eso. Acá no es fácil andar. Son muy grandes las distancias. Y otra cosa: acá la tierra sobra, pero no alcanza”.

   

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