TRIPULANTE CHINO PIDIÓ AYUDA CON UN MENSAJE EN UNA BOTELLA

“Hola, soy tripulante del buque Lu Qing Yuan Yu 765. Me encerraron en la compañía. Cuando veas este papel, ¡por favor ayudame a llamar a la policía! ¡Socorro, socorro!”, se lee en el mensaje.

Actualidad 02 de julio de 2023 Christian Devia Christian Devia
Tripulante chino pide ayuda
Tripulante chino pide ayuda Foto: Infobae

El jueves pasado, en las playas cercanas a Punta del Este, Uruguay, se encontró una botella con un mensaje de auxilio lanzado por un tripulante de un pesquero chino. Este hecho no sorprende, pero sí confirma una vez más la triste realidad de la esclavitud y la pesca ilegal que tiene lugar en el océano Atlántico.

Milko Schvartzman, especialista en conservación marina y experto en las prácticas de pesca china en América Latina, compartió la imagen de la botella y su contenido, caracteres escritos en una servilleta blanca con un marcador negro. A pesar de que los pesqueros chinos suelen mantener sus transmisores apagados para evitar ser detectados, Schvartzman pudo detectar la embarcación frente al Puerto de Montevideo mediante el sistema de radares.

Las autoridades locales, la Prefectura de Piriápolis y la Fiscalía de Flagrancia, verificaron la presencia del buque y anunciaron que se llevará a cabo una inspección a bordo una vez que atraque en tierras uruguayas. Este incidente es solo uno de los muchos que evidencian las denuncias sobre la flota pesquera china desplegada en América Latina durante más de dos décadas, donde los tripulantes son sometidos a condiciones inhumanas y se les obliga a pescar de manera ilegal e irresponsable.

Incluso el Puerto de Montevideo, próximo destino de la embarcación en cuestión, ha sido señalado como "el principal apoyo a la flota del Atlántico Sur". Según las investigaciones de Schvartzman, "al menos un tripulante fallecido por mes debido a las terribles condiciones de vida a bordo" desembarca en este puerto.

Estas compañías chinas funcionan empleando a trabajadores de Indonesia, Filipinas y África, prometiéndoles condiciones tentadoras que desaparecen una vez que están en alta mar.

En 2014, Eduardo Campos Lima y Bruno Garattoni encontraron a un grupo de 28 africanos que desembarcaron en Montevideo desde un buque de bandera china y se negaron a volver a subir a bordo. Según sus testimonios, no solo no recibieron el pago prometido, sino que también eran alimentados con un plato de arroz al día, trabajaron encadenados y eran víctimas de golpes y maltratos. Algunos de ellos incluso padecían tuberculosis debido a la falta de higiene a bordo.

Un informe de la Prefectura Naval reveló 53 casos de tripulantes fallecidos en menos de 5 años, y las causas de muerte señaladas incluyen inanición, abusos de derechos humanos, golpes y falta de asistencia médica, entre otros.

   

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